México experimentó condiciones de sequía generalizada en el primer semestre de 2021, y aunque esto no es nuevo para el país, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) proyecta un aumento del estrés hídrico en los próximos años, que supondrán mayores costos para los emisores de los sectores público y privado, señaló Moody´s Investors Service.
Destacó que aunque las industrias con uso intensivo de agua han desarrollado planes para administrar mejor ésta y hacer frente a los costos de la creciente escasez, ante esta situación deberán incrementar sus inversiones para asegurar el abastecimiento del vital líquido.
“Las empresas mineras y las compañías de bebidas han invertido durante mucho tiempo en sistemas de reutilización de agua y algunas han asegurado el acceso a suministros de agua subterránea menos sensible a las fluctuaciones del agua de lluvia. Pero a medida que el estrés hídrico aumente con el tiempo, las empresas tendrán que llevar a cabo más inversiones para mantener el acceso al agua”, señaló.
Otro de los problemas es que ante la falta de agua los objetivos de energía renovable serán más difíciles de alcanzar.
“La escasez de agua limitará la capacidad de generación de energía hidroeléctrica, lo que resulta en una brecha en la generación de energía en la red eléctrica de México.
“Sin embargo, dada la escasez de alternativas renovables a la hidroeléctrica, otras opciones requieren insumos de combustible costosos, como diésel o combustóleo, que no solo aumentan los costos, si no que complicarán los esfuerzos de México para alcanzar su objetivo de generar el 35 por ciento de la electricidad a partir de fuentes de energía limpias para 2024”, añadió.
Dijo que las finanzas de los estados y municipios, como los de Nuevo León, también sufrirán por esta situación, dado que el estrés hídrico tendrá implicaciones fiscales directas para ellos, especialmente para los municipios, porque son constitucionalmente responsables de proporcionar agua potable, servicios de alcantarillado y tratamiento.
Por último, indicó que la exposición del sector financiero es limitada a esta situación, gracias a la amplia diversificación de la cartera, aunque algunos prestamistas con exposiciones concentradas a la agricultura pueden ver disminuciones en la calidad crediticia.
En el sector de seguros, un puñado de empresas tiene una exposición significativa a los agronegocios, pero en el mercado en general la penetración en este segmento es baja.