Monterrey

Francisco J. Orozco: El no tan codiciado CoDi

El Banco de México ha generado un producto potentísimo que emula a los grandes esfuerzos que otros países han hecho en cuanto a inclusión financiera y pagos digitales (como lo es el caso de Kenia con M-Pesa).

Amigas y amigos lectores, en este espacio hemos hablado sobre las grandes desventajas de seguir utilizando el dinero en físico y no sumarse a las diferentes herramientas que ya existen en pagos digitales.

Recordemos que el dinero en efectivo tiene un riesgo inherente, es objeto de fraudes y tiene un alto costo por la implementación de controles internos. Por otro lado, los medios de pago digital son una gran herramienta para justamente llevar el control interno por la transparencia de las transacciones, son grandes aliados para el comercio digital por consecuencia y elementos importantes para tener diferentes canales de venta y aumentar la productividad. En este perfil queda en claro que apoyamos a la digitalización del dinero.

En ese sentido, el Banco de México ha generado un producto potentísimo que emula a los grandes esfuerzos que otros países han hecho en cuanto a inclusión financiera y pagos digitales (como lo es el caso de Kenia con M-Pesa). La pregunta del millón es ¿ustedes conocen qué es CoDi? La gran mayoría seguramente respondió que no y no me extrañaría: la Cuarta Encuesta de Usuarios de Servicios de Telecomunicaciones del IFT muestra que solo el 9.7 por ciento de los usuarios de internet dijo conocer o ha escuchado sobre CoDi. Sé que solo es segmento de la población, pero son usuarios potenciales al uso de CoDi naturalmente por las habilidades tecnológicas. ¿Qué es lo que falla aquí? Probablemente es comunicación y difusión.

Para contexto, CoDi es la plataforma digital lanzada por Banxico el 30 de septiembre de 2019 el cual permite realizar pagos electrónicos a través de códigos QR con el objetivo de que tanto comercios como personas puedan realizar transacciones sin dinero físico hasta por un monto de ocho mil pesos. Lo que se necesita es una cuenta bancaria, la aplicación de tu institución financiera y por ende un teléfono donde se pueda descargar dicha aplicación y en donde se genere o se pueda leer un código QR. Aquí pudiera existir otra barrera y mito, la necesidad de tener un teléfono con internet, pero este no debe ser necesariamente de alta gama. Barrera entre comillas: según la  Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH) en 2020, en México hay 84.1 millones de usuarios de internet y 88.2 millones de usuarios de teléfonos celulares. Es decir, claro que se puede implementar CoDi.

Con CoDi hay muchos esqueletos en el armario en cuanto a la estrategia de comunicación que, si bien en las últimas semanas se ha fortalecido en los diferentes medios tradicionales y digitales, hay comprender algunos problemas de raíz.

El primero es la cultura digital. Si bien la encuesta que les presenté hace unos renglones indica que el mexicano utiliza el internet, la siguiente pregunta sería para qué utiliza el mexicano el internet. Necesitamos ser promotores hacer buen uso de las herramientas digitales para incrementar la productividad donde el principal reto es eliminar el “fixed mindset” de “eso de lo digital no se me da” y motivar al desarrollo de estas competencias para realmente sacarle provecho a estas herramientas tecnológicas. Si en la pandemia pudimos ser capaces de aprender a leer el menú de un restaurante vía código QR, ¿por qué no podríamos pagar vía un código QR?

El otro problema es la informalidad y la evasión fiscal.  Como sabemos, el dinero en físico es difícil de fiscalizar, no hay transparencia en las verdaderas entradas y salidas de dinero.  Por consecuencia, el cálculo del impuesto tiende a ser un gran reto y eso no le gusta a la Hacienda, pero sí a los comerciantes.  Los negocios tienen el temor que al sumarse a estos medios de pago estarán vigilados por el SAT, situación que no es una mentira, pero dejan de ver las grandes ventajas que tiene el usar lo digital. Algunas por ejemplo son la creación de un historial de información financiera transparente y veraz con el que los negocios podrán acceder a fuentes de financiamiento que apoye a su crecimiento.

La tarea es la siguiente: seamos embajadores de CoDi, promovamos los pagos digitales, utilicen sus aplicaciones y entre sus amistades o familia hagan operaciones. No hay comisiones a diferencia de otras herramientas. Hagamos que CoDi sea codiciado entre los negocios y las personas.

¿Ustedes qué opinan? Los leo por acá.

El autor es el Director del Departamento de Contabilidad y Finanzas, Región Norte, de la Escuela de Negocios. Su correo electrónico es: jorozcob@tec.mx

COLUMNAS ANTERIORES

Manifiestan más empresas extrajeras interés en NL
Acumula incertidumbre a negocios e inversiones la reforma judicial

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.