El Servicio de Administración Tributaria (SAT) y la Fiscalía General de la República (FGR), entre otras autoridades federales, investigan ya una denuncia anónima sobre un presunto contrabando de gasolinas y diésel en Nuevo León, en la que se acusa a la estadounidense Kansas City Southern México de colaborar en lo que se conoce como “huachicol fiscal”.
Fuentes de ambas dependencias revelaron a EL FINANCIERO que tras la denuncia, se turnó a las áreas responsables emprender la investigación para darle su seguimiento a fin de llevar a cabo las acciones correspondientes que se determinen.
“La denuncia está registrada y se ha procedido con su investigación correspondiente”, dijo la fuente del SAT.
En el caso de la FGR, fue canalizada para ser analizada por la Fiscalía Especializada en Control Regional (FECR) de esta dependencia, a fin de iniciar la indagatoria en el lugar de los hechos, de acuerdo con la fuente oficial que pidió el anonimato y que mostró los documentos.
Autoridades de diferentes dependencias del Gobierno federal, entre ellas la Secretaría de Energía (Sener) y Petróleos Mexicanos (Pemex), recibieron una denuncia anónima de un presunto contrabando de gasolinas y diésel que se realiza mediante la empresa Kansas City Southern, en dos espuelas ferroviarias ubicadas en Nuevo León.
Se acusa que, en total impunidad, camiones propiedad de firmas entre ellas Prysol, San Roberto, Maqlub, Carvel, Inmotion y Fuels, acuden a estas instalaciones conocidas como “espuelas”.
Una de ellas Azinsa Logistics, en la Carretera al Mezquital, No. 101, en San Nicolás de los Garza, y una más en el municipio de García, dentro del Parque Industrial Advance.
De acuerdo con la denuncia, los carro-tanques ingresan a México el combustible con otras fracciones arancelarias correspondientes a aceites, evitando de esta forma el pago del IEPS así como falseando los pedimentos de importación, dejando afectaciones económicas millonarias para las arcas federales.
De acuerdo con las fuentes, el trasvase de estos hidrocarburos supera los 100 millones de litros por mes sin que se tenga un registro por la Comisión Reguladora de Energía (CRE) de que dichas espuelas tengan el título de permiso para estas actividades.
PREVALECE PROBLEMÁTICA
La titular de la Secretaría de Energía, Rocío Nahle, ha acusado desde el año pasado que los permisos de importación de gasolinas dieron paso a un “huachicol fiscal” y causó que México esté inundado de gasolinas y diésel.
Sin embargo, pese a que lo tienen identificado desde 2020, parece que no hay un freno a este tipo de ilícitos.
“Tenemos huachicol abajo y ahora lo tenemos arriba” y “tengo inundado el país de gasolina, inundado”, comentó en su comparecencia en el Senado como parte de la glosa del Segundo Informe de Gobierno.
La titular de la política energética de México explicó que Petróleos Mexicanos (Pemex) tiene 77 terminales de almacenamiento e importa porque PMI —su brazo comercializador— tenía compromisos para hacerlo.
Los privados que entraron también importan, subrayó Nahle García. “Pero de repente —añadió— así como hay un huachicol por abajo hay un huachicol por arriba”.