Hace algunas décadas, los fondos institucionales, quiénes controlan la mayor parte de los recursos en mercados financieros, tradicionalmente asignaban el fondeo en dos categorías o “clases” de activos: 60% se asignaba en compra de acciones en grandes empresas públicas a través de las Bolsas de Valores y el 40% restante se adquirían bonos de deuda del Gobierno y/o de empresas con buenas calificaciones crediticias (está fórmula se conoce como la asignación 60/40). Durante décadas, la fórmula de inversión 60/40 conducía a un equilibrio aceptable entre los riesgos y los rendimientos. Sin embargo, en la década de los 1980′s, las expectativas de inflación y las tasas de interés cambiaron, así los rendimientos asociados a las acciones. Además, muchos inversionistas institucionales eran fondos de pensiones, cuyos beneficiarios tuvieron incrementos en las expectativas de vida y requerimientos mayores de recursos por consecuencia. La fórmula tradicional no estaba generando los mismos retornos que los anteriores. Se le reconoce a los fondos patrimoniales de las Universidades norteamericanas (particularmente Yale y Harvard) la formulación de nuevas estrategias que incrementaron el rendimiento sin aumentar irresponsablemente los riesgos. Gran parte de ese éxito se atribuye a la inversión en “activos alternativos”. ¿Qué podemos aprender de los activos alternativos para nuestros portafolios de ahorro e inversión?
Activos Alternativos
Los activos alternativos corresponden a categorías (o clases) de inversión que tradicionalmente no forman parte de las inversiones típicas en los mercados financieros. Se clasifican de muchas formas, pero comúnmente se incluye: capital privado, bienes raíces, fondos de cobertura, productos estructurados, materias primas y, recientemente, criptoactivos.
El capital privado o emprendedor corresponde a las inversiones en empresas que no cotizan en Bolsas de Valores, ya sean empresas familiares, nuevos emprendimientos o corporaciones que están en restructura. Bienes raíces se relaciona con la inversión en inmuebles o infraestructura con el objeto de generar rendimientos o rentas económicas. Los fondos de cobertura y productos estructurados pertenecen al uso de estrategias muy sofisticadas y complejas de inversión, muchas veces con productos derivados financieros para generar rendimientos significativos. La inversión en materias primas también suele hacerse con derivados financieros, aunque en minerales preciosos se compra el propio activo. Los criptoactivos son la clase más nueva y se relaciona con activos totalmente digitales, cuyos análogos más cercanos son el dinero moderno y algunos minerales preciosos (oro).
Una característica particular de los activos alternativos es la diversificación: los riesgos de éstos no necesariamente están correlacionados con las variaciones en los mercados financieros. Una analogía para considerar es si se le pide transportar una docena de huevos. Se limita la posibilidad de que se rompan todos si se distribuyen en varias canastas en lugar de una sola.
Otra característica interesante de los activos alternativos es su potencial de altos rendimientos. Debido a que no todos los inversionistas cuentan asignan recursos a estas categorías, es más sencillo encontrar oportunidades de altos rendimientos. Los mercados son eficientemente ineficientes: deben existir oportunidades de altos rendimientos o de lo contrario perderían eficiencia, aunque estas oportunidades no son sencillas de encontrar, y menos en categorías tan competitivas y asequibles como las acciones públicas de grandes empresas.
Oportunidades para Portafolios de Inversiones
Si bien el potencial de las inversiones alternativas está siendo implementado por grandes instituciones (su SIEFORE seguramente cuenta con inversiones en alternativos), podemos aprender de la administración de portafolios para nuestra riqueza personal. Algunas oportunidades para usted:
Capital privado. Es muy posible ya esté invertido en una empresa privada/familiar. Algunas estrategias de expertos que puede aprovechar: generar eficiencias en los gastos, así como la venta oportuna y estratégica del negocio a interesados (grandes Corporativos). Combinadas, generan rendimientos considerables, que eventualmente puede reinvertir. Si usted no cuenta con una inversión, busque oportunidades como inversión a través de incubadoras, clubes de inversionistas ángeles, etc.
Bienes raíces. El activo alternativo más común en portafolios personales. Si usted ya cuenta con inmuebles de renta, recuerde analizar las utilidades (rentas menos costos como propietario) contra el valor de la propiedad para comparar la rentabilidad. También considere las FIBRAS o Fideicomisos de Inversión en Bienes Raíces, instrumentos públicos que pueden adquirir en la Bolsa y generan ingresos derivados de millones de metros cuadrados de propiedades en renta.
Criptoactivos. Esta clase de activos ya no se puede desestimar y alcanza cada día mayor relevancia. Al igual que el oro, la inversión en criptomonedas tiene su utilidad por diversificación contra otras inversiones, pero conlleva una advertencia: el perfil de riesgos es muy alto.
En conclusión, las inversiones alternativas le brindarán mayores oportunidades de rendimiento en un portafolio diversificado.
Rodrigo Fenton Ontañón es economista y Profesor de Finanzas en la Escuela de Negocios del ITESM Campus Monterrey. Se agradecen comentarios a: rfenton@tec.mx