Monterrey

Alicia Galindo: Primas verdes - El costo verde de tener emisiones cero

En la actualidad la industria de la construcción, la generación de electricidad y la alimentación de las personas, contribuyen en la generación del 77% de los gases con efecto invernadero que se emiten a la atmósfera

Nuestra existencia moderna, que incluye alimentación, transportación, agricultura, construcción y la forma en que vivimos, emite gases de efecto invernadero que quedan atrapados en la atmósfera. Conforme pasa el tiempo, más personas vivirán un estilo de vida que incluye cada una de estas actividades. Esto es bueno, si consideramos que la vida de las personas está prosperando gracias a la actividad económica y al crecimiento mundial de los países. Sin embargo, es importante estar conscientes de las implicaciones de este crecimiento, ya que en la actualidad la industria de la construcción, la generación de electricidad y la alimentación de las personas, contribuyen en la generación del 77% de los gases con efecto invernadero que se emiten a la atmósfera.

Las innovaciones tecnológicas que tratan de resolver los problemas ambientales, también conocidas como “Green technologies”, tienen la desventaja de no avanzar rápidamente para sustituir los estragos del cambio climático. Como sabemos, cualquier innovación que conlleve un cambio significativo en la vida de las personas es adoptada a gran escala, por ejemplo, el internet, la telefonía celular, la electricidad, entre otras. Los cambios y la mejora en la vida de las personas son contundentes y medibles. No es así para las tecnologías verdes. Sus logros y hallazgos son milimétricos o casi invisibles. Por ejemplo, la energía producida por un molino de viento y que a su vez produce electrones para encender focos, no lo hace mejor que los electrones provenientes de una planta de carbón. Aunado a lo anterior, los costos de adopción son altos, lo que los hace inasequibles para las masas.

Bill Gates en su libro: “How to avoid a climate disaster”, habla sobre el concepto de primas verdes. Las primas verdes sirven para saber la diferencia entre el costo entre un producto que contamina, -desde su producción, entrega, uso, hasta su deshecho-, versus otro producto que no lo hace o que utilice de fuentes de energía limpias. Por ejemplo, el costo del combustible actual es de $2.22 usd por galón, versus el costo de biocombustible que es de $5.35. La diferencia es de $3.33 dólares un sobre precio del 41% aproximadamente. Este diferencial es la prima verde.

Otro ejemplo es la carne para hamburgesa, en donde la libra de carne está en $3.79 dólares versus la carne basada en plantas que tiene un precio de $5.76 por libra. El sobre precio es de casi el 65%

Como se puede observar los productos “limpios” o “verdes” son más caros y la diferencia es la prima verde. Es importante aclarar en este ejemplo, que para algunos productos la prima podría ser mayor, por ejemplo, el tener un coche eléctrico. La prima verde se podría incrementar debido al costo de mantenimiento, seguros, tiempo de carga, instalaciones preparadas, etc. No es solamente el hecho de comprar un vehículo eléctrico, sino a todos los elementos involucrados desde su uso hasta su mantenimiento y vida del vehículo.

Por otra parte, el concepto de prima verde nos permite observar qué tipo de innovaciones podrían reducir primas versus otras, así como también las diferencias entre regiones. Por ejemplo; la energía solar podría ser muy barata en algunos lugares, mientras que en otras regiones el costo puede elevarse debido a que su producción no es barata por las condiciones físicas o naturales del lugar. La solución parece estar en reducir las primas verdes. Si esta prima es alta para algún producto en particular, será más caro eliminar las emisiones causadas. Pero si la respuesta es tan fácil, ¿cómo podríamos reducir este costo?, ¿Cómo hacer energía limpia y asequible para todos?, ¿Cómo podrían crecer sin contaminar los países más pobres?

En este sentido Gates, en su libro “how to avoid a climate dissaster”,) propone dos medidas que los gobiernos deben de impulsar: promover alternativas que reduzcan las emisiones y/o imponer penalidades o multas a los costos escondidos de la contaminación. En la primera alternativa se requiere de innovación tanto de las empresas públicas y privadas, así como de la demanda del público consumidor. Cambiar el “mindset” para realmente generar un cambio con incentivos que generen alianzas de crecimiento sostenible.

Para la segunda medida, actualmente cuando las empresas crean productos o los clientes los compran no se paga un costo extra por la emisión de carbono envuelta en todo el proceso. Este sobre cargo podría crear un incentivo para tener alternativas libres de carbono. Esto manda una señal fuerte al mercado: un costo extra asociado a productos cuyo proceso de producción involucre la emisión de gases nocivos, así como el incremento en el precio de la energía fósil que refleje verdaderamente su costo. Esta medida podría ser algo drástica, pero obligaría a productores y consumidores a pensar en alternativas limpias e innovar.

De acuerdo con el reporte llamado “Financing the clean industrial revolution”, en años recientes 124 de 194 países y 400 de las 2,000 más grandes empresas existentes han hecho compromisos para crear innovaciones y dejar de emitir gases den efecto invernadero. La inversión en investigación y desarrollo deberá ser prioridad para los próximos años. Muchas empresas Fintech estarán aprovechando esta ola de crecimiento. Los gobiernos deben de tomar el liderazgo y proponer con ayuda de la iniciativa pública y privada nuevas alternativas que generen beneficios a largo plazo sin contaminar. ¿Cómo estamos en México?

Alicia Fernanda Galindo Manrique es Directora del Programa de Licenciado en Contaduría Pública y Finanzas. Es profesora del Departamento de Contabilidad y Finanzas del Campus Monterrey del Tecnológico de Monterrey y profesora adjunta de EGADE Business School. Actualmente es investigadora, nivel candidato, reconocida por el SNI.

alicia.galindo@tec.mx

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