Los nuevoleoneses pagamos un alto costo social por el desarrollo industrial, comercial y tecnológico de nuestro estado. Este costo proviene del deterioro del medio ambiente, escasez de agua, congestionamiento vehicular, altos precios en vivienda y servicios, inseguridad, estrés emocional y ansiedad, entre otros.
Nos enorgullece ser un estado de avanzada y dinámico como lo demuestra el hecho de que contamos con algunos de los municipios con más altas tasas de crecimiento en el país: Pesquería, El Carmen, Ciénega de Flores, García, Salinas Victoria y Zuazua. A ello se suma el crecimiento constante de los municipios de la ZMM que llevó a nuestro estado a ocupar el cuarto lugar en tasa de crecimiento poblacional en el periodo de 2010 – 2020 de acuerdo con cifras del INEGI.
Este dinamismo económico y poblacional, el consumo desordenado y el desperdicio, ejercen una presión constante en la demanda de agua potable. A su vez, por el lado de la oferta, se observa una contracción debido a la falta de planeación, a la contaminación de las fuentes hídricas y al efecto del cambio climático que provoca aumento de la temperatura, escasez de lluvias y, en consecuencia, una drástica disminución en el almacenamiento de las principales presas como La Boca, Cerro Prieto y El Cuchillo.
Las autoridades se enfocan a administrar la sequía con acciones inmediatas, que son imprescindibles para asegurar el abasto de agua potable como: habilitación y perforación de pozos someros y profundos; renegociación del convenio para trasvasar agua a Tamaulipas; cortes de suministro y; reparación de infraestructura. Para el largo plazo se contemplan opciones como el abastecimiento de la cuenca del río Pánuco (río Tampaón) y la construcción y llenado de la presa Libertad.
Si continuamos haciendo lo mismo de siempre esperando obtener resultados diferentes, la carrera entre la oferta y la demanda continuará, siempre también, ganada por la demanda.
Resolver el problema de fondo de abastecimiento de agua en la zona metropolitana de Monterrey (ZMM), requiere de una visión de largo plazo con una perspectiva de desarrollo sostenible que promueva una mejor gestión y control del uso del agua y ponga al medio ambiente en el centro de las políticas públicas y de la sociedad.
Racionar es necesario, racionalizar, imprescindible.
Enfocarnos con decisión al problema de escasez del agua como un objetivo prioritario de la gestión gubernamental y de la sociedad, como lo propuso la ONU en 2015 al adoptar los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) como un llamado universal a la acción para poner fin a la pobreza, proteger el planeta y garantizar que todas las personas gocen de paz y prosperidad.
En el contexto global, la presente crisis del agua nos da la oportunidad de realizar acciones innovadoras en materia de gestión con enfoque sostenible optimizando la captación de aguas residuales, los sistemas de riego, el almacenamiento y el uso eficiente del agua potable utilizando las nuevas tecnologías de la era digital.
Tan importante como resolver la crisis actual de abastecimiento es resolver el problema de largo plazo realizando cambios disruptivos en la administración del recurso; tenemos la oportunidad histórica de actuar paralelamente en lo urgente y en lo trascendente para situar a Nuevo León a la vanguardia nacional en materia de gestión y cultura del cuidado del agua y del medio ambiente.
En el mundo destacan países con grandes logros en la materia: China, Emiratos Árabes Unidos, Israel, Japón, Singapur y Suecia, entre otros, en los que se han aplicado medidas relacionadas con: inversión en nueva tecnología y plantas de tratamiento; limpieza de recursos hídricos; creación de conciencia sobre el uso del agua; purificación a través de filtros de arena, estanques y techos verdes; obligación de uso de inodoros eficientes y tarifas que promueven el ahorro de agua.
Por su parte, la Comisión Europea de la UE otorga anualmente el reconocimiento Premio Capital Verde Europea para reconocer a la ciudad que mejor se ocupa del medio ambiente y del entorno vital de sus habitantes y se compromete a compartir sus buenas prácticas con otras ciudades.
También destacan organismos y asociaciones como la fundación We are water, que impulsa la iniciativa Smart Water, que promueve acciones colaborativas y creativas para abordar la problemática global del agua. Ellos han enfatizado el potencial de la arquitectura, el diseño y la tecnología.