El informe de las finanzas públicas al mes de abril, reporta un incremento en la Deuda Bruta presupuestal del orden de los $513.1 miles de millones de pesos, (más de medio billón de pesos) con relación al saldo reportado al cierre del año pasado, por lo que en solo cuatro meses, ya se ha contratado más del 50 por ciento de la nueva deuda aprobada por el Congreso para este año.
Sin embargo, casi la totalidad del nuevo endeudamiento no se ha gastado, sino que se encuentra depositado en la Tesorería de la Federación, ya que la Deuda Neta se reporta solo con un incremento del orden de los $41.0 miles de millones de pesos.
Ya en notas anteriores he comentado, que el concepto de Deuda “Neta” que se reporta en las estadísticas oficiales generadas por la SHCP, NO corresponde al concepto de Deuda “Neta” como lo define la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria, ni tampoco corresponde al concepto de deuda neta que le autoriza el Congreso al Gobierno Federal y al sector paraestatal, ya que en la definición de Ley, la deuda “Neta” corresponde al endeudamiento “Bruto” menos las amortizaciones de la deuda, sin embargo, en los reportes de las finanzas, el concepto de Deuda “Neta” se define como el endeudamiento bruto, menos las disponibilidades de dinero en la Tesorería de la Federación (TESOFE).
Es decir, si el Gobierno pide prestado, pero el dinero no lo gasta y lo deja en la chequera, aumenta la Deuda “Bruta” pero NO aumenta la deuda “Neta”, ya que al restarle al saldo de la deuda bruta, las disponibilidades de efectivo, el saldo “Neto” no aumenta.
Es decir, el Gobierno está pidiendo dinero prestado, pero NO lo está gastando, lo cual deja entrever que se está “aprovisionando” de recursos, de manera anticipada, para enfrentar una posible escasez de recursos propios en los próximos meses.
Esta acumulación de “disponibilidades” en la TESOFE, alcanza ya los $920.1 miles de millones de pesos al mes de Abril, (casi UN BILLÓN de pesos) ya que la Deuda Bruta reportada es de $14,002.8 miles de millones de pesos, mientas que la Deuda Neta (de disponibilidades) alcanza los $13,082.7 miles de millones de pesos.
Si bien al cierre del año pasado, las disponibilidades en la TESOFE eran ya ligeramente superiores a los $600 mil millones de pesos, durante los primeros cuatro meses de este año han seguido aumentando y ya están en el umbral del millón de millones de pesos.
Al respecto, vale la pena hacer al menos dos observaciones, la primera, es en el sentido de que tanto la Ley Federal de Deuda Pública, como la propia Constitución, claramente establecen que los recursos provenientes de la colocación de deuda pública, deben destinarse a inversiones productivas, y estos endeudamientos, que se van a la “chequera” y se quedan en “disponibilidades” claramente contravienen las disposiciones legales aplicables a la deuda, y deben ser observados por el Auditor Superior de la Federación, ya que incluso, gracias a esta definición modificada de deuda “neta”, se exceden los topes de endeudamiento neto aprobados por el Congreso, sin consecuencia alguna.
La segunda observación, es que debe justificarse el por qué se están pagando intereses sobre montos de deuda que no se ha gastado, ya que no luce económicamente rentable, pedir dinero prestado para dejarlo disponible en la chequera, más ahora que el costo del dinero se está incrementando de manera importante.
Tener un millón de millones de pesos en la TESOFE, provenientes de deuda pública que genera intereses a cargo, a las tasas actuales, representan un servicio de la deuda superior a los $75 mil millones de pesos al año, cantidad de dinero nada despreciable, que puede ser gastada de manera más provechosa, más ahora en épocas de astringencia de recursos.
Y si alguien intentara argumentar que esta decisión es acertada, porque se está colocando deuda ahora, que es más barata, ya que la tendencia de las tasas de interés es a la alza, el costo que se detalla en el párrafo anterior luce más elevado que el potencial beneficio, considerando además que el fenómeno inflacionario es coyuntural.
Finalmente, ya que hablamos de la deuda del sector público presupuestal, al inicio de esta administración, el 1 de diciembre de 2018, el saldo de la deuda bruta con la que se arranca, se ubicaba en los $11,209.1 miles de millones de pesos, equivalentes a 47.6 por ciento del PIB, mientras que el saldo al cierre del 2021, y a abril de 2022, equivale al 50.1 por ciento del PIB, lo que pone de manifiesto que la deuda pública presupuestal ha aumentado en 2.5 puntos del PIB durante a actual administración.
Se puede prever, que con los niveles que está alcanzando la inflación, superiores al 7 por ciento, y con un crecimiento real del PIB de un 1.5 por ciento, el PIB nominal podría crecer en algo así como un 8.5 por ciento para este año, lo que daría margen a que el saldo de la deuda bruta pudiera aumentar hasta en unos $1,150 miles de millones de pesos, sin que aumentara el cociente de deuda a PIB, lo cual es muy probable que suceda, por lo que se puede esperar que este cociente se mantenga sobre niveles del 50 por ciento del PIB para 2022.