Analizando la dinámica que ha registrado el estímulo fiscal adicional a las gasolinas y al diesel, decretado el pasado viernes 4 de marzo, y que empezó a aplicarse durante la semana del 5 al 11 de Marzo, con un monto de solo $0.13 centavos por litro aplicable únicamente a la gasolina premium, ya que para la gasolina regular y para el diesel fue de cero, la dinámica posterior ha sido errática y sin parámetro de comportamiento alguno, ni en términos absolutos ni en términos comparativos, ni con proporción al precio internacional del crudo, materia prima principal para la producción de gasolinas y de diesel.
Si revisamos los precios del crudo, es precisamente en esa semana de Marzo, específicamente el día 8, cuando los precios del crudo mexicano alcanzaron un pico de $119.62 dólares por barril, ya que en Enero el precio rondó los $74 dólares y en febrero los $85 dólares por barril.
Posteriormente, los precios del crudo mexicano han oscilado entre los $95 y los $110 dólares por barril, mientras que el estímulo fiscal adicional, a finales del mes de Marzo, había aumentado a $2.44 pesos por litro de gasolina magna, $1.67 pesos para la gasolina premium, y de $4.07 pesos para el diesel.
Nótese que el estímulo fiscal adicional al diesel ya era 2.5 veces superior al otorgado a la gasolina premium, pasando de cero pesos al inicio del mes, a $4.07 pesos para finales de marzo, mientras que los precios del crudo estaban nivelados sobre los $100 dólares promedio, por debajo del precio inicial de arranque.
Para finales del mes de Abril, mientras el estímulo fiscal adicional a las gasolinas magna y premium se reducía, en 23 por ciento y en 35 por ciento respectivamente, el del diesel aumentaba en 16 por ciento, alcanzando los $4.72 pesos por litro, movimientos sin lógica económica alguna.
Ya para finales del mes de Mayo, se revierte esta dinámica, y mientras los estímulos a las gasolinas magna y premium suben de manera importante, 125 por ciento y 292 por ciento la gasolina premium, con relación al monto otorgado a finales del mes de Abril, el estímulo para el diesel cae 44 por ciento, pasando de $4.72 pesos por litro, a solo $2.65 pesos, y ahora es 38 por ciento inferior al estímulo otorgado a la gasolinas magna y premuim, cuando el mes anterior llegó a ser de más de dos veces al estímulo otorgado a las gasolinas.
Para esta semana del 18 al 24 de Junio, todos los estímulos crecen sustancialmente con relación a los otorgados a finales de Mayo, destacando el del diesel, el cual pasa de $2.65 pesos por litro, a $7.72 pesos, registrando un aumento de casi 200 por ciento, mientras las gasolinas aumentan su monto sobre los ochentas por ciento, y quedan en $7.02 pesos por litro para la gasolina magna y $7.99 pesos para la premium.
Todos estas variaciones, que llegan incluso a superar casi tres veces su monto de un mes a otro, suceden mientras los precios del crudo oscilan con variaciones de entre el 10 y el 15 por ciento de su precio.
Sería interesante que la Secretaría de Hacienda, encargada de calcular y de publicar estos estímulos fiscales a las gasolinas y al diesel, pusiera a disposición de los analistas las memorias de cálculo de estos estímulos, para descifrar y entender exactamente qué cálculos y qué variables están considerando, que los llevan a determinar estas cantidades tan difíciles de entender y de explicar, y sobre todo, de proyectar.
Ya casi se termina el primer semestre del año, y las perspectivas de que el mercado petrolero reinicie una tendencia de precios a la baja, de manera sostenida, no se vislumbra aún en el escenario mundial.
Lo anterior conlleva a un aumento continuado en el costo fiscal de estos dos estímulos, donde el estímulo adicional ya supera incluso, y por mucho, a la cuota de IEPS federal, que en el caso de la gasolina premium es de $4.64 pesos por litro, mientras que el estímulo adicional para esta semana es de $7.99 pesos por litro, $3.35 pesos o 72.2 por ciento superior a la cuota IEPS
A este ritmo, el costo fiscal total va en camino de superar los $400 mil millones de pesos en este año, monto superior al total del costo de los programas sociales de este gobierno, los cuales sí benefician directamente a la población vulnerable.
Si bien se estima que sin estos estímulos la inflación al consumidor podría ser entre uno y dos puntos porcentuales superior, es indiscutible que el mayor beneficio de estos estímulos fiscales los reciben los deciles de ingreso más alto.