El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) publicó los componentes de la demanda y oferta agregadas para el primer trimestre del año. Al interior el producto interno bruto (PIB) se expandió 1 por ciento en términos mensuales y 1.8 por ciento en términos anuales (con cifras ajustadas con estacionalidad). El consumo privado creció 3.4 por ciento mensual y un sólido 6.9 por ciento en términos anuales.
El sector exportador también mostró un buen dinamismo expandiéndose 2.6 por ciento mensual y 10 por ciento anual. Por otro lado, la importaciones crecieron 2.5 por ciento mensual y 5.7 por ciento anual, resultado del fortalecimiento de la demanda interna. Por último, la inversión fija bruta se expandió 2.2 por ciento mensual y 5.2 por ciento anual mientras que el consumo de gobierno se mantuvo casi sin cambios (0.1 por ciento mensual y 0.6 por ciento de crecimiento anual).
Asi, los datos del PIB para el primer trimestre del año apuntarían hacia una recuperación económica futura pero los datos más recientes, tanto de EUA como de Mexico, sugieren que la actividad económica comenzará a moderarse. En EUA, las ventas al menudeo del mes de mayo cayeron 0.3 por ciento anual soprendiendo a la baja. Asismimo, los indicadores adelantados de gerentes de compras sugieren una desaceleración en la industria en ese país. En México, la producción industrial en abril mostró una contracción en la producción de automoviles, sector más importante para el país y responsable de más del 30 por ciento de las exportaciones totales.
Ambas economías se están desacelerando por varios factores. Primero, por el alza de tasas de ambas países que estan desalentando a la inversión productiva y al consumo. Este proceso alcista comenzó en un entorno de elevadas presiones inflacionarias y no sabemos cuánto perdurará. Segundo, por los choques externos del impacto del confinamiento de la economía china y los efectos sobre las proveedurías globales. Tercero, por los choques adversos por la guerra entre Rusia y Ucrania, sobre todo relacionados con el encarecimiento de insumos energéticos.
Así, se espera que la economía comience a desacelerarse en ambos países. Si bien algunos analistas indican que la economía de EUA pudiese entrar en recesión, es probable que esta no se extienda por mucho tiempo. El fuerte gasto de gobierno en EUA en infraestructura está expandiendo su potencial de crecimiento futuro. Al mismo tiempo, el sector laboral continúa sólido lo que le permite a la Reserva Federal continuar con una política monetaria más agresiva. Para ambas economías esperariamos episodios de estanflacion este año, bajo crecimiento y alta inflación.
El autor es director general de Soluciones Financieras GAMMA y profesor de Economía y Finanzas de EGADE Business School. Tiene un doctorado en Finanzas y maestría en Economía Financiera, ambas por la Universidad de Essex en el Reino Unido. Fue el economista en jefe para México de Itau BBA, director general adjunto de Organismos Financieros Internacionales en la SHCP e investigador en el Banco de México.