Recientemente, el Gobierno Federal dio a conocer un reporte donde detalla el costo fiscal en el que está incurriendo por otorgar dos estímulos fiscales a las gasolinas y al diésel, y señalan que el primer estímulo, el cual elimina la cuota en pesos por litro que debe cargarse al precio de las gasolinas y al diésel, que corresponde al IEPS federal, ha reducido la recaudación de este tributo en $114.8 miles de millones de pesos, en los primeros seis meses del año, mientras que el segundo estímulo fiscal, el cual se opera como un acreditamiento contra ISR o IVA a cargo de quien vende gasolina de primera mano, solo ha costado $44.1 miles de millones de pesos, lo que totaliza un sacrificio fiscal de $158.9 miles de millones de pesos.
Si consideramos que el IEPS Federal a las gasolinas y al diésel se estimó en $288.6 miles de millones de pesos para todo el año, y que conforme a la estacionalidad de estos ingresos se estimaban recaudar unos $136.8 miles de millones de pesos al primer semestre de este año, las matemáticas nos dicen que la recaudación efectiva, consecuentemente, debió haber sido de unos $22.0 mil millones de pesos al mes de Junio. ($136.8 menos $114.8 no recaudados).
Sin embargo, con las cifras disponibles al mes de Mayo, el reporte de las finanzas públicas consigna una recaudación neta de IEPS federal de solo $9.4 miles de millones de pesos, acumulados de enero a mayo, es decir, menos de la mitad del total que se consigna, incluyendo lo recaudado en Mayo.
Más aún, si consideramos que el propio reporte oficial consigna para este impuesto una recaudación negativa de $10.8 miles de millones de pesos para el mes de Mayo, lo más seguro, cuando salga el reporte mensual al mes de Junio, el total recaudado acumulado al primer semestre, será muy cercano a CERO pesos.
Lo anterior pone de manifiesto, que en materia del primer estímulo fiscal, debe haber una subvaluación de unos $20 mil millones de pesos contra la cifra reportada, al primer semestre del año.
Adicionalmente, si consideramos que el IEPS federal a las gasolinas y al diésel, causa IVA, además de dejar de cobrar ese IEPS, también se deja de cobrar el IVA correspondiente, por lo que hay que agregar a ese coso fiscal, entre unos $18.4 y $21.6 miles de millones de pesos de IVA dejado de cobrar, lo que eleva el costo del sacrificio fiscal asociado al primer estímulo fiscal.
Pasando ahora a analizar el costo fiscal reconocido del segundo estímulo fiscal, los números tampoco empatan.
Por ejemplo, durante este último mes de Junio, tomando las publicaciones en el Diario Oficial de la Federación, donde se consigna los estímulos fiscales de los días 3, 10, 17 y 24 de Junio, se tiene que el estímulo adicional fiscal promedio que se otorgó en el mes de Junio a la gasolina, Magna, Premium y al Diesel, fue de $6.28 $6.96 y $6.27 pesos por litro respectivamente.
El asunto es que la cuota del IEPS federal para estos combustibles es de $5.49 $4.63 y $6.03 pesos por litro respectivamente, por lo que el costo de este segundo estímulo fiscal debe ser incluso superior al IEPS federal dejado de pagar, en un 14.4 50.3 y 4.0 por ciento respectivamente.
Si ponderamos con los consumos relativos de cada combustible, el promedio de este segundo estímulo fiscal viene siendo superior en un 16 por ciento al IEPS federal dejado de cobrar, el cual para el mes de Junio, conforme al calendario de ingresos publicado en el Diario Oficial, la recaudación de IEPS total se programó en $43.3 miles de millones de pesos, por lo que el IEPS federal debe aproximar los $27.3 miles de millones de pesos.
Es decir, tan solo en el mes de Junio, si se dejaron de cobrar $27.3 miles de millones de pesos de IEPS federal, el segundo estímulo debió alcanzar los $31.7 miles de millones de pesos, cuando el reporte oficial lo estima en $44.1 miles de millones de pesos para los primeros seis meses del año.
Finalmente, existe un tercer “costo fiscal” en los subsidios a los combustibles, que NO se calcula ni se toma en cuenta, y es el asociado a las ventas de gasolinas y de diésel que realiza Pemex, y que proviene de importaciones, ya que el costo de los combustibles importados, supera el precio al cual Pemex vende a sus distribuidores.
En efecto, mientras que el costo de las gasolinas importadas por Pemex se reporta creciendo en más de un 80 por ciento, con relación a los costos de importación del año pasado, mantener el precio de sus ventas a sus distribuidores le implica un sacrificio importante a sus ingresos por ventas, y por ende, a sus resultados de operación.
Si al precio bomba de $22 pesos por litro de magna, en promedio nacional, se le descuenta el IVA, los 2 IEPS adicionales, el margen del gasolinero y los costos de distribución, Pemex debe estar vendiendo el litro en unos $15 pesos aproximadamente.
Ciertamente que este “subsidio” se sufraga con los mayores ingresos por exportación de crudo, razón por la cual argumentaba que la estimación de mayores ingresos petroleros por $535 mmp, está bastante sobrestimada, y sería interesante e ilustrativo que este apoyo parafiscal también se cuantificara, ya que los ingresos de Pemex se consolidan en las finanzas públicas presupuestales, para conocer la verdadera magnitud del costo de mantener subsidiados los precios de las gasolinas y del diésel.