Este 2022 se eligieron 6 nuevos mandatarios en el país: renovaron gobernador los estados de Aguascalientes, Tamaulipas, Hidalgo, Durango, Oaxaca y Quintana Roo. En 4 de los 6 estados, Morena se alzó con el triunfo, quitándoles dichas entidades al PRI y al PAN, respectivamente. Estos últimos partidos retuvieron Durango y Aguascalientes, para darle a la alianza una bolsa de aire.
Como pasa con un nuevo mandatario, la ciudadanía suele darle el beneficio de la duda. Por eso no debe sorprender que el más reciente estudio de mi casa encuestadora Poligrama, ponga a las y los gobernadores con más del 50% de la aprobación ciudadana.
Tere Jiménez en Aguascalientes, Esteban Villegas en Durango, Américo Villarreal en Tamaulipas, Julio Menchaca en Hidalgo, Salomón Jara en Oaxaca y Mara Lezama en Quintana Roo, están viviendo lo que en política se llama “luna de miel”, que es cuando recién entra un nuevo gobierno y la gente deposita su confianza.
Pero esta luna de miel nunca es para siempre y dependerá de la capacidad de cada mandatario, qué tanto tiempo se prolongue y qué tan débil es la caída en aprobación después de unos meses.
Hoy en día la inseguridad no es la única problemática que enfrentan estas entidades, existen otras crisis que los ciudadanos están enfrentando. Vivimos uno de los años con mayores sequías en la mayoría del país, por ello no sorprende que el problema del agua se ubique en segundo lugar en un estado como Aguascalientes, o que la economía sea relevante en estados como Quintana Roo o Oaxaca. Y es que para nadie es un secreto que la inflación del 2022 es la peor en las últimas dos décadas, y que la precarización del trabajo impacta considerablemente a las familias.
Tenemos ante nosotros un molotov de problemáticas que acrecienta el enojo de la gente, lo que mete más presión a los gobernantes para dar resultados y rápido, de otra manera, ¿para qué fueron votados?
El reto no es sencillo ni mucho menos, sobre todo cuando muchos de esos problemas no son exclusivos del estado, si no que requieren la intervención local (alcaldes) y sobre todo la federal, donde se presume que el foco y los beneficios se puedan inclinar más a los estados pintados de guindo.
Las y los gobernadores electos no tienen tiempo que perder, deben tener mucha claridad de qué esperan las y los ciudadanos de ellos, para que la gobernanza de sus entidades se dé en un marco que haga sentido a todos, de otra manera, se perderá tiempo valioso y conforme la popularidad se deteriora, las decisiones equivocadas emergen más rápido, y eso a nadie le conviene.
Gybram Vásquez, gerente de proyectos e investigación.