De acuerdo con el CFA: “… un rápido crecimiento del PIB real per cápita puede transformar una nación pobre en una rica. Incluso las pequeñas diferencias en la tasa de crecimiento del PIB per cápita, si se mantienen en el tiempo, tienen un gran impacto en el nivel de vida de una economía … Las pequeñas diferencias en el rendimiento acumuladas durante muchos años hacen una gran diferencia…”.
La capacidad productiva de la economía se incrementa por la acumulación de factores como el capital, mano de obra y los materiales empleados en la producción y por la aplicación de nuevas tecnologías que hagan que dichos factores sean más productivos.
Los determinantes reconocidos del crecimiento son el capital, la mano de obra y la tecnología. Si expandimos esta idea entonces serían la cantidad de mano de obra disponible, el capital humano -la preparación y capacitación de las personas-, el capital económico, la tecnología y los recursos naturales.
México dispone de dos de ellos de manera relativamente abundante: mano de obra y recursos naturales. En particular, se mencionaba la ventaja de la pirámide poblacional o bono demográfico. Pero se nos está escurriendo de las manos: la mitad de la población “… en 1950 se encontraba por debajo de los 17.1 años de edad, en 2018 subió a 27.5 años y se espera que para 2030 y 2050, estará por debajo de los 31.7 y 38.2 años, respectivamente.” Somos una sociedad que lenta, pero inexorablemente, se está haciendo vieja.
Ese bono demográfico se ha estado dejando pasar sin aprovecharse. Bueno, sí se ha aprovechado… pero en otros países. Uno se puede autoengañar al plantear que sea un logro el incremento en las remesas que llegan a nuestro país. Entonces, tácitamente se aceptaría que es por dos motivos: primero, la emigración a Estados Unidos ha sido de las personas, no sé si las más capaces, pero sí las más resilientes y se van para allá por falta de oportunidades en nuestro país y segundo, el modelo económico americano es exitoso a contraposición de los modelos económicos de los países que expulsan a su población por, de nuevo, falta de oportunidades, inseguridad, etc. entre los que nos contamos.
En cuanto al capital económico, el mecanismo que utilizan los bancos centrales de México y de Estados Unidos es similar: la tasa objetivo y la tasa de Fed Funds. Si comparamos dichas tasas vemos que hay un diferencial importante. El miércoles, el FED aumentó su tasa de Fed Funds a un rango entre 2.25 y 2.75%. La tasa objetivo de Banxico por ahora es de 7.75% y falta ver lo que hará el 11 de agosto. Ese diferencial no es otra cosa que el reflejo del riesgo país: corrupción, buenas y malas decisiones gubernamentales, inseguridad, etc. El incremento de esa tasa ilusoriamente beneficia al ahorro, pero hace que el retorno esperado de los proyectos de inversión de capital sea más alto con lo cual menos proyectos se aprueban. Se escucha muy “pro” dicho concepto, pero implícitamente no es otra cosa que la creación de fuentes de trabajo … que hacen crecer la economía, pagar más impuestos que permiten apoyar a quien más lo necesita … Lo dicho tantas veces.
¿Realmente está tan difícil darse cuenta de que el beneficio para México es crear las condiciones necesarias para atraer inversión tanto nacional como extranjera, -con piso parejo y reglas claras y nada de “las reglas cambian”-, para hacer más próspero al país? ¿Por qué atravesar ideologías apoyando a regímenes dictatoriales sacrificando a México? El tiempo pasa dejando ir oportunidades que no volverán.