Monterrey

Marco Pérez: Evolución de la economía al mes de julio

Como se recordará, el paquete económico para 2022, presentado por la Secretaría de Hacienda el pasado 8 de Septiembre al Congreso de la Unión, se elaboró tomado en consideración el desempeño mostrado por la economía al mes de julio de 2021, el cual aún reflejaba los efectos favorables de una (aparentemente sólida) recuperación económica que hilaba ya cuatro trimestres consecutivos de crecimiento económico positivo, los dos últimos de 2020, y los dos primeros del 2021.

La estimación-proyección de la SHCP fue tan optimista, que incluso se esperaba alcanzar los niveles productivos pre pandemia en el mismo 2021, con un crecimiento esperado del PIB de 6.3 por ciento en términos reales, objetivo que aún luce incierto y retrasado aún más por el desempeño económico al mes de julio de este año, que registra un nuevo estancamiento en el crecimiento del PIB.

En efecto, conforme las últimas estimaciones de la evolución de los indicadores líderes de la economía, publicados por el INEGI, lo que se muestra es que la economía mexicana está entrando a un nuevo episodio de estancamiento, que viene a reforzar la percepción que la estimación oficial de crecimiento real de la economía, de 3.4 por ciento, (reducida del 4.1 por ciento original) esperado para este año, NO se alcanzará, y apunta a que el crecimiento económico seguramente será inferior al 2 por ciento.

A menos de tres semanas que se presente el paquete económico para 2023, y con la misma información disponible al mes de julio, veremos si la Secretaría de Hacienda es congruente y reconoce que creceremos solo la mitad de lo que estimó en abril pasado.

Para 2023, por otro lado, el panorama macroeconómico tampoco luce favorable, la inflación no se ha podido controlar, y el mayor costo del dinero presionará el servicio de la deuda, y se reducirá la rentabilidad de los proyectos de inversión, otro factor más que impactará negativamente el crecimiento del PIB para el próximo año.

El poco crecimiento del empleo ha estado apuntalado por el mercado informal, ya que las reformas al “Outsourcing” provocaron la reducción de casi un millón de asegurados permanentes al IMSS, que causaron baja, lo que se refleja también en el estancamiento en el crecimiento del consumo, rompiendo una racha positiva de 8 meses a la alza.

Por otro lado, el déficit comercial al primer semestre del año creció exponencialmente, alcanzando casi los 20 mil millones de dólares, situación que podría empeorar rápidamente si no hay arreglo entre las partes contratantes del nuevo TMEC, y nos imponen aranceles a nuestras exportaciones.

En materia de finanzas públicas, se reporta que los ingresos tributarios van incluso ligeramente por arriba de lo calendarizado, como 8 mil millones de pesos más, al mes de junio, a pesar de la baja en el IEPS a las gasolinas, sin embargo, esto es producto de la mayor inflación registrada, 2.6 veces superior a la esperada, casi 6 puntos porcentuales por arriba, es decir, la mayor inflación aumenta la recaudación de impuestos y permite financiar los estímulos fiscales a las gasolinas.

Como el menor crecimiento del PIB afecta reduciendo la recaudación, considerando la evolución actual de ambas variables, mayor inflación y menor crecimiento, el impacto neto en recaudación de impuestos es positivo y se estima en unos $120 mmp, con relación a la recaudación tributaria “calendarizada”.

Por otro lado, está claro que los ingresos excedentes petroleros no serán ni la mitad de los estimados, ($535.5 mmp) y solo beneficiarán al Gobierno Federal, vía el mayor pago de derechos, ya que el mayor costo para Pemex de importar gasolinas, (y de refinar), será incluso superior a sus ingresos excedentes por exportaciones de crudo, costos que no son traspasados al consumidor, dejando a Pemex con poco o nulo beneficio neto, después del pago de mayores derechos.

De hecho, al mes de junio, Pemex reporta ingresos inferiores a los calendarizados, aún contabilizando los apoyos gubernamentales recibidos.

Los menores ingresos excedentes petroleros explican, en buena medida, el paso de la austeridad republicana, a la pobreza franciscana, ya que en base a esta expectativa, se gastaron por adelantado parte de estos ingresos esperados, y se procedió a asignar mayores recursos presupuestales a las obras insignia de esta administración, como la Refinería Olmeca (Dos Bocas) y el Tren Maya, por lo que hasta a Pemex le tuvieron que reducir su presupuesto de inversión autorizado en casi 30 mmp, cuando supuestamente tendría mayores ingresos.

Todo lo anteriormente expuesto, se basa en datos oficiales, que son de dominio público, por lo que hay una gran expectativa en conocer las nuevas estimaciones de cierre para 2022 y las proyecciones macro económicas para 2023 que se incluirán en el paquete económico para el siguiente año.


Marco Pérez

Marco Pérez

Economista especialista en finanzas públicas, Socio Director de Econometría Aplicada SC, Conferencista y Catedrático a nivel doctorado.

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