La tasa objetivo, de acuerdo con Banco de México es la “meta establecida por el Banco de México para la tasa de interés en operaciones de fondeo interbancario a un día”. Esta tasa tiene un componente operativo ya que, al final del día en lo que se conoce como el mercado de nivelación, los bancos se prestan dinero entre sí de acuerdo a sus necesidades de liquidez. Dichas necesidades se presentaron en forma natural por la operación diaria: a un banco le “sobra” dinero y a otro banco le “falta” dinero. Los bancos son libres de prestarse entre sí a la tasa que ellos decidan, sin embargo la tasa objetivo pone un techo al costo del dinero para ellos.
Para el resto de los participantes funciona como un signaling device ya que está mandando una señal de política monetaria. Si, por decisión propia Banxico sube la tasa, lo que nos está diciendo -y haciendo- es que por un lado el costo del dinero estará más alto por la vía de la tasa de referencia TIIE -tasa de interés interbancaria de equilibrio- y por otro lado fomentando el ahorro en vez del consumo, por la vía de la tasa de los CETES. La idea es que se contraiga el consumo de tal manera que se contenga la inflación. La inflación afecta a todos, sí, pero mucho más a las personas mas necesitadas.
Hay otro elemento del que no se habla mucho y que nos afecta a todos: el riesgo país. El equivalente a la tasa de objetivo del Banco de México en Estados Unidos es la tasa de FED Funds. El mecanismo es el mismo sin embargo los niveles de las tasas son radicalmente distintos. En lo que va del año la tasa de fed funds comenzó en un rango de entre 0% y 0.25%. Para marzo subió el rango a entre 0.25% y 0.50%. Para mayo se ubicó a entre 0.75% y 1.0%. En Junio a entre 1.50% y 1.75%. A julio, la cuál se mantiene todavía, se subió a entre 2.25% y 2.50%.
La tasa objetivo de Banco de Mexico comenzó el año en 5.50%, en Febrero subió a 6.0%; en marzo a 6.5%; mayo a 7.0%; junio a 7.75% y agosto a 8.5%. Considerando el rango más alto de la tasa de FED Funds contra la tasa objetivo, este año en promedio, es de 5.75%. Dado que la tasa objetivo es la causa incausada de las tasas, en particular el costo del dinero, a principios de año los mexicanos pagamos hasta 22 veces mas, bajando hasta 3 veces más. En promedio, 11.5 veces más que los americanos.
¿Porqué? Los diferenciales de inflación entre los dos países no explican esa diferencia. La explicación es desgarradoramente fácil: el riego país. Cualquier inversionista, o quien invierta por cuenta de ellos sus recursos (léase las AFORES), buscará compensar el riesgo en que se mete. Al invertir en México, prestándole tanto al Gobireno Federal como a empresas mexicanas, se necesita compensar por la inseguridad, tanto la de los criminales, como a la inseguridad jurídica a la que, en decisiones que dan una clara indicación del nivel de aversión a todo lo que no sea un trasnochado estatismo, cancelan o al menos traban cualquier proyecto de inversión. Pasa factura la corrupción, que va desde la mordida al tránsito a la asignación de contratos a conveniencia. Las empresas cancelan fuentes de trabajo, todos pagamos más intereses y solo unos cuantos salen ganones con impunidad digna de cualquier país bananero. La solución no está afuera, está adentro.