Amigas y amigos, en mi playlist de Spotify ya empieza a sonar el famoso “Waka Waka” de Shakira y también “La Copa de la Vida”. Esto indica una sola cosa… el Mundial de Futbol está a punto de comenzar. En esta ocasión “la Copa” tendrá un sabor diferente, y es que para empezar este no se celebró en verano sino en invierno, debido a las extremas temperaturas que se viven en Catar durante los meses de junio y julio. Esto ha generado muchísima polémica en el mundo del balompié por los cambios logísticos en las diferentes ligas de los países, pero no únicamente esto ha sido lo controversial.
La propia elección de la sede, desde el inicio, ha pasado una serie de críticas que incluyen acusaciones de corrupción y violaciones de los derechos humanos. No olvidemos que el Departamento de Justicia de Estados Unidos acusó a los organizadores de Catar 2022 de que se pagaron sobornos para asegurar los votos cuando se efectuó la elección de la sede mundialista hace ya 12 años.
Pero bueno, negocio es negocio, o al menos eso es lo que se piensa de un Mundial sobre todo para el país sede. A simple vista y de manera directa, el anfitrión genera una gran cantidad de empleos, nueva infraestructura, derrama económica por turismo e incluso comercio internacional, así como quedarse con los ingresos de una parte de la taquilla. La FIFA se lleva los derechos de televisión, patrocinios y los ingresos de la mercancía oficial.
Aun así, es una gran inversión la que el país realiza para albergar el torneo. La FIFA requiere que la sede para que sea seleccionada debe garantizar al menos dos estadios con capacidad de 80 mil personas para la apertura y la clausura, dos estadios con capacidad para 60 mil personas para las semifinales y otros ocho estadios con una capacidad mínima de 40 mil aficionados. Agregando a lo anterior, también debe incluir instalaciones deportivas como villas y campos de entrenamiento para las selecciones que vayan a participar en el evento.
Esto hace que no muchos se animen por el gran rezago en infraestructura que tienen o por la evaluación de proyecto en cuanto al costo y las fuentes de financiamiento que se necesitan para que puedan tener todo listo, aunque sabemos que muchos países han hecho lo imposible para conseguir el torneo por el costo o beneficio político que puede indicar realizar el Mundial más que en búsqueda de la rentabilidad financiera. Esto nos hace preguntarnos, ¿realizar un Mundial es negocio?
Sudáfrica 2010 fue un mundial muy especial ya que fue el primero en celebrarse en el continente africano. Sudáfrica invirtió alrededor de 3 mil 900 millones de USD. El país africano declaró que el torneo generó un estimado a 4 mil 400 millones de USD, generando 414 mil 500 puestos de trabajo. Actualmente, cuatro estadios de los construidos tienen altos costos de mantenimiento y poco uso. Para Brasil 2014 la polémica inversión se estima que fue de 15 mil millones de USD. Ha sido una de las inversiones más altas en la historia de la competición recordando las protestas que esto ocasionó en la sociedad por el momento en que atravesaba el país. Según la FIFA, Brasil obtuvo más de 7 mil millones de USD de ingresos. Si bien este mundial superó las expectativas de turismo, tuvo varias obras inconclusas y actualmente tiene estadios con poca actividad y alto mantenimiento. En 2018 la Copa se celebró en Rusia con una inversión mayor a los 11 mil millones de USD. Las ganancias para este país fueron de 14 mil 468 millones USD.
¿Qué nos espera para Catar 2022? Hasta el momento se ha tenido una inversión de mil 696 millones USD. Actualmente es toda una incógnita lo que se espera que ingrese al país árabe con las restricciones de alcohol y reglamentos de comportamiento que ha desmotivado a turistas y a las propias marcas.
Con todo lo anterior, nos queda claro que en muchas de las ocasiones el país es el sacrificado y quien paga el costo. El que recoge el fruto es la propia FIFA y las marcas alrededor del mundial. La FIFA se ingresará alrededor de 6 mil 440 millones USD por la venta de los derechos de televisión y marketing del mundial, invirtiendo solamente mil 696 millones USD. Esto nos hace reflexionar sobre el futuro de la organización de este torneo. ¿Será que solo los grandes países podrán ser sede?, ¿veremos más a menudo torneos con organización conjunta entre más de dos países? Sin duda alguna, es toda una industria la que se mueve tras la Copa Mundial de Futbol. ¿Ustedes qué opinan? Ahora sí, la pelota está en su cancha.
El autor es Director Regional del Departamento Académico de Contabilidad y Finanzas del Tecnológico de Monterrey.
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