Este año la economía superó las expectativas de mercado y crecerá cerca de 3 por ciento anual debido al sólido impulso de las exportaciones manufactureras, de las remesas y de la reactivación del sector turismo. De estos tres factores el más relevante son las exportaciones manufactureras que están influenciadas por el efecto nearshoring, el TMEC y el buen desempeño de la economía de EUA. Recordemos que el crecimiento del PIB en el tercer trimestre del año superó las expectativas de mercado y el sector laboral continúa sólido.
Sin embargo, las expectativas económicas para 2023 no son alentadoras. El ciclo de alza de tasas en EUA y en casi todos los países del mundo, por las crecientes presiones inflacionarias, están mermando la tasa de crecimiento de la economía. Los últimos datos macroeconómicos en EUA indican que ya se percibe cierta desaceleración en la actividad económica. Asimismo, la Reserva Federal subió la tasa de interés de nuevo en 50 puntos base, y anunció que continuaría con el ciclo de alza de tasas en 2023. Es decir, la probable pausa en el alza de tasas que algunos analistas esperaban no se materializó.
Estos acontecimientos impactarán adversamente a la economía mexicana. Primero, por un menor dinamismo del sector exportador por la desaceleración de la economía y el consumo de EUA. Segundo, por un menor envío de remesas por un menor ingreso disponibile (por una inflación elevada) y menores oportunidades laborales. Tercero, por menores ingresos del sector turismo conforme se consolida la desaceleración de la economía global. Cuarto, porque Banxico continuará replicando la subida de tasas de interés de la Fed mientras la inflación persista en niveles elevados.
Aunado a ello, se perciben posibles presiones fiscales para el sector público en 2023. Primero, por menores ingresos tributarios ya que Hacienda es muy optimista con sus pronósticos de crecimiento. Segundo, por menores ingresos petroleros conforme se reduce la demanda por combustibles (al desacelerarse la demanda agregada global). Tercero, porque los fondos de ahorro del Fondo de Estabilización de Ingresos Petroleros (FEIP) están en niveles muy bajos. Cuarto, por el incremento del costo de financiamiento del sector público por la subida de tasas y la desvalorización del peso.
Todo ello probablemente depreciará al peso que había sobresalido en 2022 por su fortaleza. Presiones fiscales del sector público, menores ingresos de divisas extranjeras por menores exportaciones, remesas y turistas, contribuirán al debilitamiento de la moneda. Así, 2023 será un año complejo con un menor crecimiento económico y presiones en el empleo y el peso. Será importante reducir el nivel de endeudamiento ante mayores costos de financiamiento (por el alza de tasas) y protegerse con el mercado de renta fija (los mercados accionarios y de criptomonedas tenderán a la baja).
El autor es director general de Soluciones Financieras GAMMA y profesor de Economía y Finanzas de EGADE Business School. Tiene un doctorado en Finanzas y maestría en Economía