La economía estadounidense terminó el 2022 superando las expectativas de mercado. De hecho, el tercer trimestre la economía creció 3.2% trimestral anualizado. Asimismo, el mercado laboral continúo creciendo a un ritmo sólido. Sin embargo, el sector industrial recientemente está en contracción como lo sugiere el Índice de Gerentes de Compras del Sector Manufacturero de ese país, al ubicarse por debajo del umbral de los 50 puntos (lo que indica una contracción).
Los principales analistas económicos pronostican que la economía estadounidense entraría en recesión probablemente en el primer semestre del año. El Fondo Monetario Internacional (FMI) indicó esta semana que se estima que un tercio de las economías estén en recesión durante el 2023.
No obstante, indicaron que la economía de Estados Unidos pudiese ser la excepción. La economía de EUA, si bien se encuentra en desaceleración mantiene una holgura significativa en el mercado laboral lo cual podría ser un amortiguador de una crisis económica importante. Un factor fundamental es la tendencia a la baja de la tasa de inflación que se ubicó en 7.1% (Noviembre 2022). Es decir, si la tasa de inflación consolida una trayectoria a la baja más contundente, la postura de la Reserva Federal podría ser menos agresiva lo cual beneficiaría al crecimiento de la economía estadounidense.
La Reserva Federal esta semana publicó las minutas de la última decisión de política monetaria donde descartó reducir la tasa de interés en 2023. Asimismo, reafirmó que el ciclo de alza de tasas continuaría conforme se perciba una inflación elevada. Si bien el comunicado mantiene un tono hawkish (restrictivo) no descarto que una mejor evolución de la inflación pudiese cambiar el tono de la política monetaria de la Fed.
Lo anterior, de materializarse, reduciría la probabilidad de una recesión. Además, la política fiscal expansiva aunado a los apoyos anti-inflacionarios que se otorgarán próximamente dan soporte a la economía real.
Así, si bien la probabilidad de que Estados Unidos entre en recesión es alta, una combinación de factores, principalmente, la desaceleración de la inflación, podrían reducirla. Esto sería una buena noticia para México y el resto de la región latinoamericana. Un factor adicional a considerar es la esperada caída del precio de los combustibles conforme se desacelera la economía global.
El autor es director general de Soluciones Financieras GAMMA y profesor de Economía y Finanzas de EGADE Business School. Tiene un doctorado en Finanzas y maestría en Economía Financiera, ambas por la Universidad de Essex en el Reino Unido. Fue el economista en jefe para México de Itau BBA, director general adjunto de Organismos Financieros Internacionales en la SHCP e investigador en el Banco de México.