El año 2023 nos recibe con más preguntas que respuestas como preámbulo de la gran incógnita que será el 2024. La incertidumbre es el común denominador en lo económico, lo político y lo social tanto local como nacionalmente.
Las proyecciones económicas de la OCDE apuntan a una desaceleración de la economía mundial y por tanto de la mayoría de las economías de sus países miembros. La guerra de Rusia y Ucrania y el riesgo de reactivación de la pandemia continúan siendo factores preponderantes en la evolución de los principales indicadores.
Así, para 2023, se estima un crecimiento en el mundo de solo 2.2 % que será impulsado por la economía de Asia en tanto que se espera un bajo crecimiento en Norte América y América del Sur. Para México la estimación de crecimiento es menor a 2.0%, lo que significa un crecimiento promedio menor a 1.0% en los últimos 4 años contra un crecimiento promedio de casi 3.0% de la Población Económicamente Activa (Citigroup e INEGI).
Lo anterior implica que la creación de empleos formales es menor a la requerida para satisfacer el crecimiento de la oferta laboral lo que se refleja en: aumento del mercado informal; mayor emigración; incremento del desempleo y sub-empleo; y deterioro en la distribución del ingreso. Por ello los programas de beneficencia tienden a crecer al igual que su popularidad.
En contrapartida es de esperarse que la inflación se contenga con un crecimiento menor al 6.0%, en parte por la restricción de la política monetaria, las altas tasas de interés y la posible contención del gasto público, excepto en lo que se refiere programas asistenciales.
La inseguridad pública continuará siendo preocupación de los mexicanos por el número de homicidios dolosos que en 2022 se situaría alrededor de 30, 000, esto es más de 80 diarios. Sin embargo, para algunos optimistas, los recientes operativos de Sinaloa podrían significar un cambio de estrategia en la lucha contra el crimen organizado; veremos si una golondrina hace el verano.
La migración seguirá siendo un tema importante debido a que la restricción fronteriza conocida como Título 42, que permite la expulsión rápida de inmigrantes en las fronteras de los Estados Unidos, sigue vigente. Esto representa mayor presión para nuestro País, principalmente en las zonas fronterizas, por los inmigrantes de países como Cuba, El Salvador, Guatemala, Haiti, Honduras, Nicaragua y Venezuela.
El Covid-19, con sus diversas variantes, seguirá siendo tema de preocupación y una amenaza latente para el mundo sobre todo ante su aparente propagación en China y la falta de información confiable.
A estos problemas nacionales y mundiales se suman, en nuestro Estado: la inseguridad pública; la incertidumbre del suministro de agua potable; el conflicto entre el Poder Ejecutivo y el Legislativo; la contaminación ambiental; los congestionamientos vehiculares; y el deficiente transporte público, entre otros.
Pero no todo es tan negativo como parece. Primero, porque siempre habrá alguien con otros datos que sin duda son más positivos y habrá también quien piense que basta decir algo para que realmente suceda.
En esta realidad alternativa la economía y el empleo se reactivarían; la seguridad pública se impondría al crimen organizado; la contaminación bajaría en 90%; el suministro de agua potable en la zona metropolitana de Monterrey estaría garantizado cuando menos hasta el 2030; y el lecho del rio Santa Catarina sería un gran atractivo turístico.
Segundo, porque como pueblo de Fe, no perdemos la esperanza de que el nuevo año traiga consigo un cambio en las conciencias y en el comportamiento que nos permita gozar del nuevo Nuevo León tan anhelado por todas y todos.
Un Estado en el que se practique la política con altura de miras; en el que los partidos políticos busquen, y alcancen, acuerdos que beneficien a la población; en el que nos preocupemos por el medio ambiente como si fuera la herencia más importante que dejaremos a nuestros hijos; en el que impere la paz como en el viejo Nuevo León; y en el que, providencialmente, como en los cuentos de hadas, las promesas se vuelvan realidad.
¡Feliz año 2023!