A pesar de que el tema de la política exterior no es una prioridad para el presidente Andrés Manuel López Obrador, y así lo ha demostrado en los 4 años de gobierno de la llamada Cuarta Transformación, México como Estado, y no sólo el gobierno en turno que lo representa tiene importantes retos a enfrentar en este 2023 en múltiples escenarios.
Para este año, las estimaciones son que el mundo tendrá grandes problemas por varias razones.
Por lo tanto, el sector externo tendrá un peso muy significativo para el país. Así las cosas, la política exterior deberá desempeñar un papel importante para la efectiva inserción de México en la dinámica internacional de este año.
La tendencia para este 2023 es que la economía internacional seguirá experimentando las secuelas del Covid-19. Por lo tanto, cada vez es más probable que haya una recesión generalizada. De hecho, la pandemia no ha concluido puesto que a finales de 2022 los contagios habían aumentado.
El conflicto entre Rusia y Ucrania continuará en este año y ello puede también impactar negativamente el escenario financiero global. Con Estados Unidos, los temas de migración y seguridad seguirán siendo fuente de conflicto bilateral. Pero también hay que agregar los asuntos medio ambientales y energéticos, en donde las políticas de López Obrador chocan con las de Joe Biden.
El fortalecimiento de la integración comercial y financiera también representará un reto para las tres naciones de Norteamérica.
En América Latina, la democracia está en riesgo por lo que ha sucedido recientemente en varios países, principalmente Perú, Brasil, Nicaragua, Venezuela y otros. La pobreza y la violencia serán todavía realidades inescapables para 2023 en la región.
En Europa, los nacionalismos y la extrema derecha están ganado espacios de poder y ello puede complicar el escenario en el viejo continente. Asimismo, en Asia la creciente hegemonía de China puede representar un cambio en el frágil equilibrio de poder en esa región y la guerra comercial con Estados Unidos se puede profundizar.
En África y Medio Oriente hay profundos problemas que aún no se han podido resolver. En resumen, el contexto externo pinta complicado e incierto para 2023.
Ante este panorama incierto, es necesario que México adopte una política exterior responsable y que busque hacer realidad el interés nacional. También es preciso dejar a un lado los discursos con alta carga ideológica para evitar entrar en crisis diplomáticas, como con Perú recientemente.
Los mexicanos necesitan una política exterior práctica que atienda las necesidades del país y que ayude a resolver los problemas derivados del complejo ambiente internacional. Para efectos prácticos, López Obrador debe atender las realidades de América del Norte, sin desestimar a América Latina. Ambas son las regiones más próximas y de mayor prioridad para el país.
También es necesario seguir con atención los problemas que hay en otras regiones. México no se puede aislar de estos sucesos porque afectan directa o indirectamente al país y de manera diferenciada a los estados y regiones que lo integran.
En estos dos años que quedan de administración, es importante darle a la política exterior la prioridad necesaria. Asimismo, el presidente debe fortalecer las capacidades del aparato diplomático mexicano, con más recursos financieros y mayor personal para atender los retos que vienen. Es preciso que los nombramientos de los diplomáticos sean de personas con experiencia en los asuntos externos y capacidad de decisión. Hay que evitar los nombramientos de amistades del presidente, puesto que ello repercute en el posicionamiento de México a escala internacional. Asignar recursos a la política exterior no es un gasto, es una inversión. Dadas estas complejidades no podemos como país y menos aún el Ejecutivo federal seguir afirmando que la mejor política exterior es la interior Los mexicanos necesitan de una mayor y mejor inserción del país en la dinámica internacional que se presentará en este 2023.
El autor es profesor-investigador de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC). Es doctor en Estudios Internacionales por la Universidad de Miami. Pertenece al Sistema Nacional de Investigadores del CONACyT y es miembro de la Academia Mexicana de Ciencias. Es presidente del Centro de Enseñanza y Análisis sobre la Política Exterior de México (CESPEM).