Un gran revuelo ha causado a nivel nacional e internacional el anuncio en fechas recientes de la decisión de Tesla en voz de su cofundador y líder inversionista Elon Musk para ubicar su nueva planta productora de automóviles eléctricos “Gigafactory” en el estado de Nuevo León. La inversión directa para realizarse tal obra, que se ubica en los 5 mil millones de dólares, aunque en algunas fuentes se maneja que podría elevarse hasta 10 mil millones de dólares, es definitivamente una gran noticia que celebrar en un contexto de recuperación parcial de los efectos adversos de la pandemia por COVID-19.
Desde que esta inversión rondaba en el territorio de lo especulativo, hasta ahora con motivo de su anuncio oficial la semana pasada, mucho se ha escrito sobre los aspectos positivos y negativos que acarrearía la construcción y operación de una planta industrial automotriz como la que se instalará sobre la Zona Conurbada de Monterrey, y en particular de las afectaciones al municipio de Santa Catarina, su anfitrión.
Coincidentemente, el anuncio formal de la inversión de Tesla se dio la semana pasada a la par de la presentación de los resultados de la Encuesta de Percepción Ciudadana “Así Vamos 2022″ (AV2022) realizada como Cómo Vamos Nuevo León en coordinación con el Centro de Investigaciones Económicas de la UANL.
En esta entrega me gustaría compartirle algunas ideas para reflexionar juntos sobre estos dos grandes temas primordiales en la agenda pública del estado y del país.
Primero, con este anuncio por parte de Tesla, Nuevo León se consolida como el principal atractor de inversión extranjera directa en el país. Esta posición ha sido posible por el entorno de certeza que dan a este tipo de inversiones el capital social que el gobierno local, los empresarios, la sociedad civil, y la academia hemos forjado por generaciones, haciendo de la entidad la segunda urbe más grande del país después de la Ciudad de México.
Sin embargo, un segundo punto es que los datos de AV2022 muestran que la sociedad nuevoleonesa, en particular en la Zona Conurbada de Monterrey, demanda de su gobierno local atención inmediata en temas fuertemente vinculados al desarrollo sustentable de la región como lo son la contaminación, la movilidad, el transporte público y el manejo del agua.
Un tercer aspecto es que la atracción de inversión en el estado ha sido focalizada en los municipios de la periferia de la Zona Conurbada de Monterrey, mismos que por ubicarse distantes al centro, presentan problemas severos y retos muy importantes en materia de desarrollo urbano.
Vinculando los dos temas anteriores, la única forma de lograr que la magna inversión de Tesla se cristalice en un desarrollo sustentable e inclusivo que se traduzca en mayor bienestar para todos los nuevoleoneses es atender de manera expedita las necesidades que la sociedad demanda, realizando las inversiones públicas necesarias en materia de infraestructura pública y sustentabilidad requeridas para garantizar la rentabilidad pública y privada de la primera.
Inversiones importantes en materias como la administración prudente del agua, la consolidación de un sistema de transporte público efectivo y eficiente, así como la adecuada planeación de los desarrollos urbanos que habrán de consolidarse en los próximos años, son algunos de los enormes retos que la administración del gobernador Samuel García y de los alcaldes involucrados habrán de enfrentar, y cuya solución no puede esperar más.
Con el paso del tiempo, la sociedad nuevoleonesa pareciera haber entendido que un desarrollo social sustentable e inclusivo es posible realizando la inversión pública de calidad que apuntale la consolidación del capital humano de la región, así como la infraestructura necesaria para hacer rentable toda inversión privada, distribuyendo sus beneficios entre todos los ciudadanos.
Sin embargo, y tal y como se planteó frente a los resultados de AV2022, hemos de considerar que ante esta oportunidad única de inversión, el “optimismo crítico” de la sociedad nuevoleonesa será la mejor herramienta para garantizar transparencia, rendición de cuentas, y una agenda ordenada a las necesidades de la propia sociedad en materia de políticas públicas, pues si algo hemos aprendido de la experiencia democrática reciente es que de la misma manera en que la sociedad premia con el voto de confianza a sus candidatos, así también castiga a sus gobernantes con una evaluación negativa cuando las expectativas de su desempeño no son satisfechas.
Igualdad, democracia, transparencia, legalidad, certidumbre, de la mano de instituciones civiles sólidas, una sociedad civil crítica participativa, empresarios comprometidos con su entorno, así como una academia analítica y propositiva, son todos fundamentos que no descubren “el agua tibia” del éxito en el desarrollo social y económico de la región, sino que dan cuenta de la importancia de contar con dichas condiciones para garantizar la competitividad internacional en la creación de oportunidades para atraer inversiones que sigan catapultando el crecimiento de la región en un mundo que tiene prisa por encontrar su futuro.