Por el lado que se vea, la declaración del Presidente de México sobre que el sistema de salud del País será mejor que el de Dinamarca, es muy buena.
Si es broma, o estrategia distractora, es ingeniosa y oportuna en estos momentos en que la terca realidad nos abruma con temas como inseguridad, corrupción, contaminación ambiental, opacidad, pobreza y desigualdad. La declaración alegra la mañana y refleja el humor negro y la picardía mexicana que nos permite reírnos de nuestras desgracias.
Si es en serio, es alentadora porque nos indica que el Ejecutivo Federal está promoviendo en serio la transformación de la sociedad y de la economía mexicana para convertirnos en un país como Dinamarca.
El pueblo sabio y bueno tiene dichos sabios y buenos. Uno de ellos, fácil de entender, es que “los bueyes no van atrás de la carreta”. Es una cuestión de causa y efecto, la carreta se mueve como resultado de la fuerza de los bueyes, no al revés.
Si Dinamarca tiene un excelente sistema de asistencia social, es porque tiene una economía sólida, un gobierno que promueve la productividad y el desarrollo tecnológico, una sociedad unida y solidaria y un sector empresarial dinámico con reconocimiento internacional.
Veamos algunas cifras y datos de Dinamarca, cuyo PIB per-cápita es siete veces mayor que el de México :
Tiene una economía mixta que se basa en un sistema de mercado libre. Un sector industrial desarrollado en áreas como tecnología, energía limpia, ingeniería y biotecnología. Es líder mundial en energía eólica y reconocido por su compromiso con el desarrollo sostenible y el cuidado del medio ambiente.
El entorno empresarial y el ambiente laboral son favorables por el apoyo del gobierno, la seguridad jurídica y el respeto a los derechos humanos.
Es un país abierto al mundo, integrado a la Unión Europea y orientado a la exportación. El sector servicios es de gran importancia con énfasis en servicios públicos, tecnología de la información, servicios financieros y educación de alta calidad. Invierte significativamente en innovación, tecnología y desarrollo, lo que le permite mantener una posición competitiva en el mercado global.
En investigación y desarrollo (I+D), invierte alrededor del 3.1% de su PIB, de acuerdo con la OCDE, y promueve la innovación y el emprendimiento. México invierte alrededor de 0.5% del PIB, menos que el promedio de América Latina y el Caribe (0.66%).
Es considerado uno de los países con el menor nivel de corrupción en el mundo gracias a su sistema judicial y a la transparencia y rendición de cuentas de los servidores públicos. De acuerdo con el Índice de Percepción de la Corrupción 2021 publicado por Transparencia Internacional, ocupa el tercer lugar entre los países menos corruptos del mundo con 88 puntos; México, con una calificación de 31 puntos, se ubica en la posición 124 de los 180 países evaluados.
Los programas sociales se financian con un sistema fiscal progresivo. Por ejemplo, el impuesto sobre la renta va de 8.0% en el tramo más bajo de ingreso a 55.0% en el más alto y la tasa estándar del IVA es de 25.0%. Aun así, la tasa de evasión fiscal es de las más bajas en los países de la OCDE, 4.9%; en México diversas estimaciones sitúan a la tasa de evasión fiscal entre 35.0 y 40.0 %.
Los ciudadanos pagan cumplidamente sus impuestos con la seguridad de que son usados con eficiencia, eficacia, transparencia y honestidad y destinados a los fines que la propia sociedad determina: infraestructura, desarrollo sostenible, salud, prestaciones a desempleados y apoyo a los más necesitados.
La sociedad danesa se caracteriza por su cohesión social y exige respeto y libertad para cumplir sus aspiraciones individuales. Tiene un alto nivel de confianza en las instituciones, en los demás miembros de la sociedad y en el sistema electoral que se refleja en su activa participación en política y en la toma de decisiones de carácter público. La opinión ciudadana y de las ONG´s, son valoradas y consideradas importantes en la toma de decisiones políticas y en la elaboración de políticas públicas.
Este país es reconocido como uno de los más seguros del planeta. De acuerdo con el Índice de Paz Global de 2022, que mide el nivel de paz y la ausencia de violencia, ocupó el cuarto lugar en el mundo; México, el 137 de 163 países. Esto sin contar que el 62.1% de la población de nuestro País consideró inseguro vivir en su ciudad de acuerdo con la Encuesta Nacional de Seeguridad Pública Urbana, del INEGI, del primer trimestre de este año.
El sistema de justicia en Dinamarca es un sistema judicial independiente del Ejecutivo y del Legislativo, se basa en la división de poderes y en el principio de que todas las personas son iguales ante la ley. O sea, ahí sí, la ley es la ley.
Finalmente, de acuerdo con el Índice de Prosperidad Legatum, elaborado por el Centro Legatum para la Prosperidad Nacional que promueve la comprensión de los factores que impulsan el éxito en las naciones y brinda información para desarrollar estrategias hacia la prosperidad, Dinamarca ocupa el primer lugar en el ranking y México el 71 de un total de 167 países y ha caído 8 lugares de 2011 a la fecha.
Seguros de que nuestras altas autoridades son conocedoras de estos datos y de que la relación causa-efecto mencionada, nos indica que un excelente sistema de asistencia social es producto de una sólida economía y de un gobierno abierto, honesto y eficaz, no nos queda más que reconocer su ejemplar espíritu aspiracional.
Como decíamos en la Facultad de Economía en nuestra época de estudiantes poco antes de graduarnos : “los días del subdesarrollo están contados”.
Renace, asimismo, nuestra fe en la palabra, ante la inminente transformación económica, política y social de nuestro País; transformación que sería la primera, no la cuarta, de esta envergadura.
Ante la dificultad para procesar la realidad de quien cree tener siempre la razón, hemos ido de la promesa de contar con un sistema de salud “como el de Dinamarca”, a uno “mejor que el de Dinamarca”.
A este paso, pronto, en una somnolienta mañana del 2024, seguramente nos despertaremos con la buena nueva: “mejor, ni Dinamarca”, palabra del señor.