Hace un par de meses conversamos en este mismo espacio acerca del (¿aparente?, ¿evidente?) desorden con que se estaban llevando a cabo las reformas en materia laboral en nuestro país (¿Son ya muchas reformas laborales?, marzo 21, 2023). En aquel entonces apunté que las reformas llevadas hasta ese momento eran progresistas (esto es, que son favorables para el avance de una sociedad) y necesarias para los empleados mexicanos; pero que debíamos andarnos con (mucho) tiento, dado que siete de cada 10 empleos son generados por empresas que tienen entre cinco y seis trabajadores.
O dicho de otra manera, el 70 % de los empleos que tenemos en el país son generados por empresas pequeñas y medianas (PYMES) y no por grandes y potentados empresarios del estilo del tío Rico McPato.
Cuando conversamos de todo aquello, las reformas que ya estaban andando e implementándose eran: Incremento de días de vacaciones; incremento de aportaciones patronales para la pensión de los trabajadores; NOM de Teletrabajo; democracia sindical; e, incremento de salario mínimo del 20 %.
¿Cómo estamos al día de hoy? Tratando de seguir poniendo a prueba la capacidad de resiliencia, antifragilidad, e incluso la sobrevivencia de las PYMES que generan el 70 % del empleo en el país. Hoy tenemos todavía una retahíla de reformas en puerta. La gran mayoría de estas reformas, aunque en principio son buenas ideas, están estresando de manera inexplicable (y absurda en la coyuntura política y económica actual) la generación de empleo en el país.
Las iniciativas de reforma en puerta, o al menos las que alcancé a identificar (con aquello de lo peculiar, creativo y bastante subjetivo que últimamente ha sido el proceso legislativo en nuestro país) son las siguientes: Disminución de jornada laboral de 48 a 40 horas (que al día de hoy ya se pospuso, pero mañana quien sabe); inclusión de personal con discapacidad (5 % del total de la plantilla); inclusión de adultos mayores de 60 años; permisos de paternidad (15 días); ampliación de pago de prima de antigüedad (15 días por año a partir de 13 años); y, licencia menstrual por dismenorrea en grado incapacitante.
Ya lo dije en el artículo del pasado mes de marzo, y a riesgo de parecer caer en la repetición constante de ideas, quiero ser claro y enfático en algo: No se me malinterprete, las reformas son necesarias, pero (¡ah!, siempre hay un pero, ¿verdad?) en un momento en el que el país no está creciendo (o para ser más claro, que estamos estancados), todo esto parece un sinsentido. México, en el último trimestre del 2022, apenas regresó a su nivel de Producto Interno Bruto (PIB) prepandemia, y para mayor escarnio, fuimos el último país de Latinoamérica en conseguirlo.
Si lo del PIB lo tratáramos de traducir se vería algo así: a finales de 2019 éramos 126 millones de mexicanos y hoy somos poca más de 130 millones. Esto significa que somos más personas, pero el valor monetario de los bienes y servicios producidos en el país, es el mismo de hace poco más de dos años. O visto de otra manera, el PIB per cápita (esto es, el dinero que nos correspondería a cada mexicano si el PIB se repartiera a todos por igual) en 2022 fue de $142,030 pesos contra $146,109 del año 2019. Lo dicho estamos estancados.
Si a este evidente estancamiento le adicionamos la gran carga por reformas laborales que se sigue generando, sin olvidar que durante la pandemia no se otorgó ningún estímulo fiscal a las empresas, entenderemos el porqué de la situación de estrés económico que están sufriendo las empresas y el sinsentido de todo esto. Entre que escribo este artículo de opinión y se publica en estas páginas… ¿Habrá nuevas (y arbitrarias) iniciativas de reformas?
Epílogo.— Y para cerrar, ayer 1° de mayo fue la fecha límite para que los sindicatos registraran la consulta de legitimación de su contrato colectivo de trabajo (CCT), aunque el ejercicio de legitimación se puede hacer hasta el 31 de julio de este año. De acuerdo con la COPARMEX Nuevo León, hasta hace unos días únicamente se habían legitimado poco menos del 11 % de los CCT vigentes. Contrato no legitimado, se dará por terminado.
El autor es Doctor en Filosofía, fundador de Human Leader, Socio-Director de Think Talent, y Profesor de Cátedra del ITESM.
Contacto: rogelio.segovia@thinktalent.mx