Revisando la evolución del Gasto Presupuestal al primer trimestre del año, los datos oficiales reportan una caída del Gasto Neto de un menos 3.7% real, compuesta por un menos 10.7% real en el Gasto Programable y de un aumento en el Gasto no Programable de un 17.3% también en términos reales, básicamente explicado por el aumento en el pago de los intereses de la deuda, los cuales reportan un aumento de 46.3% en términos reales, en comparación con lo erogado en el primer trimestre del año pasado.
Incursionando en las partidas que han registrado mayores ajustes a la baja en el ejercicio de su gasto, destaca la reducción en la inversión financiera, la cual reporta una caída de 94.3% en el mes de marzo, y acumulada al primer trimestre de un 87.3% en términos reales, así como del gasto ejecutado por la Secretaría de Turismo, para el Tren Maya, y de la Secretaría de Energía, para la refinería Olmeca, los cuales reportan una reducción del 40.0% y del 74.8% respectivamente, en términos reales.
Por otro lado, también se reportan recortes al gasto en Educación, en Salud, y hasta en la Secretaría del Bienestar y en el Ejército, cuyas caídas en el gasto, en términos reales, se reportan en menos 19.1%, en menos 7.2%, en menos 9.8% y en menos 12.6% respectivamente.
Adicionalmente, el recorte al gasto se ha generalizado también en los Organismos y Empresas, ya que el IMSS reporta un recorte en su gasto del 7.3% mientras que en el ISSSTE es del menos 1.0%, y en la CFE y en Pemex, se reportan ajustes a la baja en el ejercicio del gasto del orden del 26.6% y del 16.3% respectivamente, todos ellos en términos reales.
No obstante estos ajustes en el ejercicio del gasto, el déficit presupuestal apunta una tendencia a la alza, ya que la caída en los ingresos presupuestales ha sido aún mayor al recorte del gasto, particularmente en el Gobierno Federal, ya que su déficit presupuestal aumenta de $99.4 mmp durante el primer trimestre de 2022 a $234.4 mmp para el primer trimestre de este año, un aumento del 135.8%.
Si bien la mayor caída en ingresos presupuestales se reporta en los ingresos petroleros, la recaudación de impuestos también apunta a la baja, lo cual, como lo apuntaba en mi nota de la semana anterior, no es congruente con la información que reporta el INEGI en materia de crecimiento real del PIB, en particular de la recaudación del IVA, pues si la economía crece, la recaudación de impuestos también lo debe de hacer.
Incluso, la recaudación del impuesto al comercio exterior, que aplica solo a las importaciones, se reporta con crecimiento negativo del 13.4% durante el mes de marzo, y de menos 7.7% acumulado al primer trimestre del año, cuando está más que comprobado, que la elasticidad de las importaciones al PIB es superior a 1, por lo que este desempeño en la recaudación de impuestos a la importación, tampoco es congruente con una economía creciendo en términos reales.
Obviamente, un menor gasto público, también tiene un impacto multiplicador negativo en el crecimiento del PIB, lo que viene a reforzar la hipótesis de que la economía debe estar creciendo muy por debajo del crecimiento real que viene reportando el INEGI,
El corolario final, de esta dinámica de ajuste al gasto que se está observando durante este año, es que se están anticipando los recortes previstos para el 2024, aplicándose desde este año, principalmente a las obras insignia de esta administración, obligados por el ajuste a la baja en los ingresos presupuestales, por lo que las proyecciones presentadas para 2024, en el documento de pre criterios, tendrían que ser revisadas.
