Tokio con 37 millones, Delhi con 29 millones y Shanghái con 26 millones son las tres ciudades metropolitanas más grandes del mundo. La Ciudad de México, con 21 millones. Ciudades con más calidad de vida y mejor infraestructura como Berlín, Sídney, Barcelona y Vancouver tienen menos de 5 millones residentes. Hoy en día hay 32 “megacities”, ciudades con más de 10 millones de habitantes, y Monterrey se sumará muy pronto a esta lista.
Esto pasará aproximadamente en 10 años, entre 2033 y 2035, donde el área metropolitana de Monterrey y Nuevo León como estado, ocupan soluciones circulares y políticas exitosas.
La urbanización sigue siendo una tendencia global que, según las Naciones Unidas, indica que 2.5 mil millones de personas van a migrarse y vivir en la “ciudad”. Para Nuevo León, el boom del “nearshoring” atrae mucha inversión de maquila y proyectos industriales de empresas con capital extranjero.
Al mismo tiempo, esto impacta a la ciudad en fuertes requerimientos de movilidad, medioambiente, agua, salud, innovación y vivienda. El Plan Estratégico Estatal de Desarrollo del Estado de Nuevo León contempla todos estos temas, incluyendo calidad de aire, biodiversidad y sustentabilidad. Hay mucho nuevo liderazgo en estos temas.
En eso, el Plan Municipal de Desarrollo Urbano de Monterrey 2040 es un gremio y proyecto muy necesario. Tiene mucha razón el Gobernador Samuel García que ocupamos mejor infraestructura en hospitales, mejores autopistas, más trenes ligeros, muchos más autobuses, estaciones de carga para carros eléctricos y un fuerte apoyo a PyMEs locales. Es una visión que hay que apoyar. Siendo transparente y realista, tenemos que reconocer que el reto y la velocidad de crecimiento es más grande que los avances y la capacidad de ejecución de las estrategias actuales. Es decir, “parece que va a desbordarse”. La pregunta clave es: “¿A qué ciudad vamos a parecer en 10 años? ¿A Delhi, Cairo, Mumbai o más a Singapur, Shanghái, y Hong Kong?”
El “Índice de Ciudades Sustentables” de Arcadis, firma líder a nivel global en infraestructura e ingeniería, se divide en tres grandes bloques: calidad de vida para la gente, calidad de aire y la infraestructura para habilitar la economía local. Un segmento de ciudades en dónde cabe Monterrey es “fast-growing evolutionary megacity”, que es un tipo de ciudad con poca planeación en su estructura y sus servicios con alto crecimiento. Las necesidades de los ciudadanos se vuelven aún más importantes y a la vez difíciles de cubrir. Las necesidades básicas de vivienda en términos de desarrollo vertical, transporte público y seguridad deben ser atendidos con mayor prioridad.
La construcción vertical con proyectos bien planeados e integrales son cruciales. El Gobierno no puede solo con el paquete y debe ser apoyado de proyectos de alto impacto, innovaciones tecnológicas y soluciones empresariales.
La lentitud y/o la corrupción para permisos de proyectos son el mayor enemigo para que la iniciativa privada se puede involucrar de forma contundente para el bien de una ciudad. Desde la perspectiva de la experiencia ciudadana, si las personas tienen menos control sobre el desarrollo de servicios en la ciudad, hay mucho mayor probabilidad de insatisfacción. Llegamos a la conclusión que es mejor escuchar y sintetizar los problemas, logrando una misma inercia para detonar proyectos productivos y ágiles para el bien de la comunidad. El Distrito Tec es una iniciativa ejemplar. El parque Fundidora es otro gran ejemplo, igual que proyectos de uso mixto bien planeados. La calidad de vida, en especial en el centro, ocupa aún más de este tipo de desarrollos.
Lo que viene como añadidura al rápido crecimiento es la complejidad. La gente pide, exige en este entorno más seguridad, disponibilidad de transporte, recursos y energía a precios razonables, creación de infraestructura, cuidado del medioambiente y buena oferta de salud.
El Gobierno, empresas, universidades y población deben actuar de manera coordinada para que los nuevos proyectos sean de beneficio para todos los habitantes. La voz del empresario responsable es igual de importante que la voz del ciudadano. Los funcionarios deben escuchar los desafíos de las empresas regias, a la par de atender las nuevas inversiones. Convertirse en una mega-city dentro de un ambiente económico y financiero incierto o volátil trae consecuencias fuertes. Los retos para el sector empresarial ocupan fortalecer una mayor competitividad financiera y la retención de talento.
El modelo exportador de varias empresas de Monterrey se complica durante este año, porque los márgenes se reducen dramáticamente con los aumentos de sueldos y un tipo de cambio que encarece los productos mexicanos. El área de recursos humanos en cualquier compañía de Nuevo León se enfrenta al reto de rotación y falta de recursos con la presión de tener sueldos y condiciones laborables mucho más competitivos.
Desde una perspectiva local son retos enormes porque en la Dirección General de las empresas regias tienen que lidiar con una inflación creciente, el tipo de cambio actual y las muy altas tasas de financiamiento. Ahí es importante que el Consejo Nuevo León, la CAINTRA, la ANEI, la Copamex y en especial los funcionaros públicos siguen apoyando y fortaleciendo las empresas de “casa”. Ocupamos más empresas locales que innovan e invierten en su capacidad de vender su propia tecnología y productos / servicios de valor agregado. La inversión extranjera que viene enriquece las casas matrices de las compañías internacionales que logran capitalizar sobre tierra y gente regia.
La generación de beneficios para empresas mexicanas que incursan en proyectos de valor agregado sería una política económica nacional muy buena. Urge una serie de fuertes paquetes de incentivos o acceso a créditos de desarrollo. Hay que incentivar que el capital regio se queda y crezca en la ciudad.
Hay que incentivar, fondear y empujar proyectos de tecnología y emprendimiento de alto impacto como se hace en la plataforma incMTY. Desarrollar proyectos de “open innovation” es clave. Debemos en esto lograr crecer las PyMEs locales para qué se convierten en empresas más grandes y sostenibles.
En conclusión, se viene un crecimiento desbordante y el crecimiento sin suficiente sustentabilidad, valor agregado y rentabilidad terminará en un mayor caos y una mayor insatisfacción. Hay que hacer más equipo que nunca en la quíntuple hélice de Nuevo León para poder ejecutar una estrategia holística generando valor para el planeta, la gente, las empresas y los/las inversionistas locales. Comparto “El Sueño Mexicano Regio” de tener una ciudad de primer mundo en infraestructura y negocios donde permanezcan los valores y principios éticos.