Más allá de las conversaciones que hemos tenido acerca del futuro del empleo en el mundo, con los retos de bienestar, flexibilidad, costo de vida y obsolescencia laboral, la mayoría de las empresas, en muchos países, están enfocadas en un problema acuciante: reclutamiento.
Los motivos varían de región a región; algunos son de carácter coyuntural y otros de carácter estructural. En los primeros encontramos principalmente las distorsiones ocasionadas por la pandemia del coronavirus, la cual causó una contracción en el empleo, la rotura de las cadenas de suministro y una sobre oferta de dinero. De los motivos estructurales podemos apuntar principalmente a causas demográficas. Por primera vez en la historia de la humanidad, la población ha empezado a declinar en muchas regiones.
Una de las primeras señales de alarma de que la economía mundial no iba del todo bien la vimos el año pasado con el acelerado incremento de la inflación. En un principio, la mayoría de los especialistas financieros (entre ellos un subgobernador de Banxico) la atribuyeron a motivos coyunturales. Hubo otras voces que desestimaron esos motivos y aseguraron que el problema de la inflación era estructural. Acertaron.
Entre las primeras voces que alertaron de que la inflación no era un tema transitorio se encuentra la de un criador de ovejas, Charles Goodhart. En marzo del 2020, cuando la tasa de interés se acercaba a cero, el señor Goodhart, quien por cierto solía ser ex banquero central del Reino Unido, aventuró que la inflación alcanzaría entre el 5 % y el 10 % en 2021 y se mantendría alta. Este criador de ovejas en Devon, Inglaterra, que estudió historia económica en la Universidad de Harvard, razonó que se estaba produciendo un cambio sísmico en la economía mundial donde los estímulos fiscales de los gobiernos y la eventual recuperación posterior a la pandemia aceleraría la inflación.
La causa, de acuerdo a este reputado economista de 86 años, es que un muy largo tiempo de mano de obra barata mantuvo, durante décadas, los precios y los salarios bajos; ahora, se está dando paso a una era de escasez de trabajadores por el cambio demográfico en muchos países y, por lo tanto, de precios más altos. Y esto, de acuerdo al ovejero, “permanecerá en ese nivel durante décadas”.
Entonces, la mano de obra escasa (ejecutiva, técnica y operativa), será una constante mundial debido a la ralentización del crecimiento poblacional, e incluso al descenso del mismo en algunos países de Europa y Asia. Estados Unidos y México gozarán, al menos los próximos treinta años, de un bono demográfico antes de empezar a ver cambios en su pirámide poblacional. La abundante mano de obra es uno de los motivos por los cuales México es un polo importante en la atracción de inversión extranjera.
¿Y Nuevo León? De enero a mayo el Estado ha generado 58,892 puestos de trabajo (IMSS), esto equivale al 77 % de las plazas laborales creadas en todo 2022. Y ha recibido cerca de 2,332 millones de dólares de Inversión Extranjera en el primer trimestre de este año (Secretaría de Economía Federal) de un total esperado para este 2023 de 18 billones de dólares (Gobierno de N.L.).
Los factores que hacen de esta región la principal generadora de empleos del País son principalmente su infraestructura, desarrollo urbano, conexiones aéreas y terrestres y talento calificado; esto aunado a que se tiene un gobierno que ha hecho lo que le corresponde, promover la inversión en vez de estorbarla.
Lo hecho hasta hoy, ¿es suficiente para mantener la inercia de generación de empleo e inversión en el Estado? No. Existen retos importantes, y muy críticos, que no parecieran estar siendo abordados de manera eficiente, tales como contaminación, seguridad, abasto de agua y movilidad urbana. Y aunque el Estado, junto a la Ciudad de México y Querétaro, se ubica en los tres primeros lugares de las entidades más atractivas para la inversión, Nuevo León descendió un lugar del Índice de Competitividad del IMCO (junio, 2023).
Y por si los “buenos problemas” no fueran suficientes, el capital humano empieza a escasear. En el Estado tan solo hay 90,624 personas buscando trabajo, muchas de ellas con considerables brechas de competencias (obsolescencia laboral); un número que palidece frente a un mercado que está demandando empleados altamente capacitados a un ritmo vertiginoso (se han creado más cuarenta y siete mil puestos de trabajo este año). Por si esto fuera poco, de acuerdo a la CAINTRA N.L., el 85 % de las empresas manufactureras tiene dificultades para cubrir puestos técnicos (con un tiempo de cobertura de entre 57 y 68 días).
Lo dicho, el empleo en Nuevo León seguirá siendo todo un reto.
Epílogo.— Lo “sorprendente” es que estos temas se han estado poniendo en la mesa desde hace al menos cuatro o cinco años (incluso antes de la pandemia, que sin lugar a dudas vino a acelerar el mercado) y hoy, muchos se dicen “sorprendidos”.
El autor es Doctor en Filosofía, fundador de Human Leader, Socio-Director de Think Talent, y Profesor de Cátedra del ITESM.
Contacto: rogelio.segovia@thinktalent.mx