Me estoy acordando de las candidaturas independientes en 2018 con el fenómeno del Bronco y los ríos de firmas que llegaban en cajas a la entonces Comisión Estatal Electoral (CEE).
En noviembre de 2017 las representaciones partidistas pidieron al consejo CEE, ahora Instituto Electoral y de Participación Ciudadana de Nuevo León, que redujéramos las exigencias a las candidaturas independientes porque la ley aprobada había sido excesiva.
Para enero de 2018 esas mismas representaciones partidistas exigían rigor en la verificación de firmas para la gubernatura, municipios y distritos.
La avalancha ciudadana sorprendió por la apuesta hacia Jaime Rodríguez. En privado, algunas representaciones de partido confesaron que hasta sus familiares andaban recogiendo firmas, se estaba despertando la conciencia cívica de familiares que ellas jamás habían logrado motivar.
Por más recursos legales que se presentaron contra el Bronco, este logró el registro, hizo su campaña y ganó la elección. Con él llegaron un buen número de candidaturas a municipios y distritos utilizaron los mismos símbolos de “independientes”, movimiento efímero pero reestructurador del poder.
Tirando del hilo puede encontrarse una buena ficción esotérica sobre esta nueva conciencia política. El siglo XXI empezó con los amigos de Fox, en 2006 estuvo a punto de sorprender la ciudadanía volcada con Andrés Manuel, igual en 2012, y justo cuando llega a la presidencia se empieza a sentar las bases lo que sería la maduración del fenómeno ciudadano.
En noviembre la gente le puso un alto al meneo legislativo que estaba sucediendo y que iban a permitir todos los partidos con tal de sacar una tajada de pastel. Los reflectores apuntaron a la Suprema Corte primero por el triste caso de la ministra Esquivel y después por el excelente desempeño de la ministra Piña.
En febrero se confirma la fuerza ciudadana en otra marcha, mucho por defender en el país –INE, INAI, TEPJF, SCJN… – en abril se logra detener otro meneo legislativo que también habían acordado todos los partidos mermando atribuciones del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y en perjuicio de la población vulnerada.
La conjunción de energías hizo posible lo increíble, los partidos políticos de oposición cedieron a la ciudadanía parte de su poder al crear un Frente Amplio por México. Entre tantos meneos, hay reservas sobre la cabalidad de su desempeño, para esto están siete expertas ciudadanas en el comité técnico.
Y cuando las cosas parecían ir relajándose, como por arte de magia, la gente empieza a darle los reflectores a Xóchil Gálvez. Hace tiempo se le había pedido que contendiera por la presidencial y ella se negó, su plan estaba en la Ciudad de México. Hasta que sucedió la magia y en cosa de días ha arrasado con la popularidad de propios y ajenos que venían trabajando con ahínco su perfil.
Interesantes e interesados están los planetas de lo social y políticos, se alinean en México. No sólo es Xóchil, sino los varios nombres honorables que han podido darse a conocer en esta exigencia ciudadana.
Lo escribí en el artículo anterior, nunca en seis elecciones presidenciales, me veo ante un panorama esperanzador con buenos perfiles. Y que no se nos olvide, indispensable una agenda para ganar en el Poder Legislativo.
Me estoy acordando y me está gustando la novela.