Pocas veces todas las fuerzas políticas se ponen de acuerdo en algo. El nearshoring es la coyuntura que hoy tiene a la clase política en sintonía. Sin embargo, para que deje de ser una oportunidad coyuntural y sea una oportunidad estructural hacen falta políticas públicas enfocadas y que vayan dando resultados.
Las exportaciones mexicanas a Estados Unidos sumaron un valor de 236 mil millones de dólares este año. Superando por primera vez a las que realiza China a ese mismo mercado en 16.3 por ciento.
Actualmente, las empresas están incluyendo la geopolítica en sus cálculos de riesgo. La política de “cero covad” en China -por ejemplo- causó importantes interrupciones a las unidades productivas que operan allí́. Y la invasión rusa de Ucrania sumió́ las cadenas de suministro globales en el caos.
El reciente estudio de Banco Base titulado “Nearshoring Volumen 2, El momento mexicano” indicó que México está recibiendo apenas entre del 10% al 20% de los flujos globales de inversión extranjera de relocalización de empresas.
Esos flujos de inversión están muy focalizados en algunas entidades federativas y subsectores de manufactura.
En este orden, el IMCO publicó otro estudio: “Sin gas natural no hay Nearshoring” que reveló que la infraestructura de transporte de gas natural en México es aún insuficiente para garantizar el suministro en ciertas regiones del país, especialmente en el sur-sureste.
En junio llegó a México una misión de 20 empresas, -para citar un caso en concreto- de los sectores eléctrico, microchips y tarjetas de circuitos impresos de Taiwán para analizar oportunidades de inversión.
El grupo, entre los que se contaban representantes de las compañías Foxconn, Unimicron, Invetec y Pegatron, visitó los estados de Chihuahua, Hidalgo y Puebla. Pero dichas entidades presentan retos hídricos, como tantas otras en el país.
En los últimos 10 a 12 años, la infraestructura de transmisión eléctrica ha tenido un crecimiento menor al 1.0% mientras que la demanda alcanzó niveles de hasta 4.0%, por lo que es urgente que la CFE busque acelerar la instalación de esta infraestructura para no perder las oportunidades que está generando el Nearshoring.
El consenso entre analistas es que el crecimiento del PIB y la producción industrial de México superará el promedio de América Latina este año y el próximo, impulsado por el nearshoring.
Pero la falta de reformas legislativas y de una estrategia clara de política pública federal- regional que impulse la productividad focalizada frenaría el potencial a largo plazo. Si avanzamos con políticas públicas eficaces la oportunidad coyuntural será estructural.
¿Que hace falta?: Seguridad y Estado de Derecho. Siguen siendo alarmante las incidencias de delito de bajo y alto impacto. Hay que fortalecer a las policías municipales y la eficacia en la procuración de justicia. Desde luego abatir el “cobro de piso” y la “extorsión”. Tan solo en los últimos 4 años, la extorsión ha crecido 48% de acuerdo a estadísticas de Coparmex.
Infraestructura que apuntale competitividad. Se necesitan carreteras y puertos seguros, así como vías de comunicación que faciliten el transporte con costos competitivos. De igual manera infraestructura energética que invite a la inversión de forma permanente, la seguridad de abasto de agua, suministro eléctrico y de gas natural, particularmente con modelos de energía limpia.
Buen ambiente de negocios. Para emprendedores y sectores estratégicos que haya paquetes con estímulos fiscales o administrativos. Además, la constante promoción de México como destino de inversión. Nuevo Leon ha destacado, con el esfuerzo de Samuel García, en sectores de inteligencia artificial, autopartes y otros. El plan Sonora recientemente anunciado es un ejemplo de un modelo para atraer inversión en sectores específicos.
Desde luego, es fundamental robustecer los presupuestos locales y federales y con eso que la inversión pública sea también motor de crecimiento con planes de desarrollo de largo plazo.
Con una adecuada gestión estratégica, los procesos de relocalización de capitales o nuveas inversiones pueden pasar de ser coyunturales a ser estructurales y con ello asegurar buenos niveles de crecimiento económico, empleo y mayor flujo de divisas a México por inversión extranjera directa y por exportación. La suma de todo esto: bienestar.
Históricamente, el último año legislativo suele ser complicado para impulsar reformas, también es difícil negociar cambios sustanciales en el presupuesto y las leyes de ingresos/egresos en un año electoral. Sin embargo, en el último periodo habrá un cambio en la conducción de la Mesa Directiva -corresponderá al PRI liderar-, y eso podría generar un nuevo intento por impulsar reformas que resultan muy pertinentes para aprovechar esta coyuntura y que se convierta en estructura.
El autor es consejero delegado de economía circular de COPARMEX nacional y Presidente de la Comisión de Enlace Legislativo de la Canacintra.