Las tecnologías digitales, como la Inteligencia Artificial (IA), Realidad Virtual (RV), Blockchain, Big Data, almacenamiento en la nube, impresión 3D, entre otras, prometen transformar los procesos de trabajo.
Las empresas buscan desarrollar sus capacidades digitales y utilizar la tecnología no sólo para mejorar su eficiencia y competitividad, sino también para fortalecer su desempeño financiero y reducir riesgos. Sin embargo, los procesos de negocios y la toma de decisiones estratégicas no pueden simplemente delegarse a una máquina.
Tanto los seres humanos como la tecnología poseen fuerzas y debilidades únicas, y saber cómo aprovechar los beneficios que otorgan para ponerlos al servicio de la empresa se convierte en una oportunidad para el fortalecimiento de su ventaja competitiva ante la disrupción tecnológica que enfrentan.
¿Cuáles son las ventajas de las máquinas sobre los humanos? Una reconocida ventaja de las herramientas digitales es su capacidad para procesar grandes cantidades de datos y reconocer patrones. Un ejemplo de esta capacidad tecnológica se aprecia cuando nuestro proveedor de entretenimiento en línea, como Netflix o Prime Video, nos sugiere series o películas de acuerdo con nuestros gustos, incluso cuando no somos plenamente conscientes de ellos.
Sucede de la misma manera cuando nos aparecen anuncios en Instagram, Facebook o Amazon con sugerencias personalizadas basadas en algoritmos, los cuales son capaces de predecir futuras compras de productos, en función de gustos personales.
Además, existen numerosos ejemplos, en diferentes industrias, en los que el uso de capacidades tecnológicas como el reconocimiento de patrones y procesamiento de datos puede generar ahorros considerables. Otra importante ventaja de las tecnologías es la rapidez con la que pueden desempeñar una tarea asignada, con mucha más precisión y consistencia que un ser humano.
Esta habilidad tiene importantes repercusiones en ciertas industrias y actividades, como el control de inventario para grandes detallistas, por ejemplo.
La tecnología ha permitido a empresas como Wal-Mart la posibilidad de proporcionar rapidez y surtido en la entrega de sus ventas en línea, generando satisfacción entre sus clientes. Encontramos otros ejemplos en el manejo de relaciones complejas (como el piloto automático en los aviones y la conducción autónoma en los coches), en el manejo de múltiples variables y escenarios, y en el análisis objetivo y preciso que son capaces de llevar a cabo estas tecnologías, entre muchas otras tareas.
Se asume que las tecnologías digitales son necesarias para el crecimiento y la competitividad, pero la realidad es que no todas las empresas han logrado el desarrollo de las capacidades digitales para aprovechar los beneficios que ofrece la transformación digital.
Para que una empresa pueda aprovechar los beneficios que generan las tecnologías digitales, y al mismo tiempo potenciar el talento humano con el que cuenta, es importante reconocer cuáles son las ventajas de los humanos sobre las máquinas. En primer lugar, el ser humano tiene sentido común, algo de lo que carecen los sistemas y las máquinas. Seguramente el lector habrá experimentado una impotencia ante la carencia de sentido común al tratar con el Chat Bot de una empresa.
El ser humano puede interpretar el significado y el contexto de diferentes situaciones y, por ende, tomar una mejor decisión ante ellas. Otra ventaja de los humanos sobre las máquinas es su capacidad de generar un pensamiento creativo. A los humanos nos gusta jugar y bromear, lo cual es clave para desarrollar soluciones y generar ideas.
¿Cuántos ejemplos de inventos han surgido por alguna casualidad creativa? Pues tenemos un par de ejemplos, como la máscara para pestañas de Maybelline que apareció cuando el hermano de Mabel quiso ayudarla para que sus pestañas tuvieran un negro intenso, mezclando vaselina con carbón, o la plastilina Play-Doh, que proviene de la búsqueda de un limpiador de papel tapiz. Google reconoce que su éxito se basa en la innovación y colaboración de sus empleados, y les proporciona espacios para jugar, para trabajar en otros proyectos, e incluso para tomar siestas, buscando estimular su capacidad creativa.
En resumen, un algoritmo es incapaz de reconocer un producto entretenido haciendo inferencias que requieren del entendimiento del contexto.
Los alcances de las tecnologías digitales son impresionantes, pero carecen del sentido común, no pueden entender el contexto y explicar sus predicciones, ni detonar un proceso creativo, jugar, o ser curiosos. Ésta es una llamada de atención para los líderes empresariales de todos los sectores: no sólo deben buscar la implementación de las tecnologías digitales, sino mantener el propósito de la empresa y su humanidad, incluso cuando la organización continúe con su proceso evolutivo.
La autora es profesora del Centro de Evolución Digital y Directora Nacional de los Programas de Negocios Internacionales de la Escuela de Negocios del Tecnológico de Monterrey.