Monterrey

Pablo de la Peña: Presupuesto del 2024, la antesala para una revisión fiscal

A veces resulta un poco difícil seguir con precisión el análisis de los expertos cuando no tenemos claridad cómo se integran ambos documentos.

En días pasados el Ejecutivo mandó al Congreso su Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación y su Iniciativa de Ley de Ingresos para el 2024, en estos días recientes se han hecho algunos análisis sobre el incremento de gastos para algunas cuentas, las reducciones en otras y el impacto que tendrán los ingresos y egresos como proporción del PIB en México.

Pero a veces resulta un poco difícil seguir con precisión el análisis de los expertos cuando no tenemos claridad cómo se integran ambos documentos y el propósito fundamental que deberían tener.

Yo diría que esencialmente el Gobierno Federal requiere de recursos para salvaguardar nuestra seguridad, proveer los servicios públicos fundamentales para mejorar nuestra salud y bienestar, proteger los recursos de la nación asegurando las mejores alternativas para su uso y explotación, crear las condiciones suficientes para un eficiente funcionamiento del mercado impulsando un crecimiento sostenido, y asegurar el cumplimiento de un marco normativo constitucional que deberá dar confiabilidad y seguridad a todos. Fácil decirlo en un párrafo, pero sumamente difícil su implementación en la realidad.

La iniciativa de Ley de Ingresos para el 2024, propone un incremento del 9.2 por ciento respecto a la Iniciativa de Ley del 2023, de $8.3 a $9.07 billones de pesos. Este incremento se explica por algunos incrementos y algunas reducciones en las fuentes de ingresos. La principal fuente de ingresos son los impuestos, que representan el 54.2 por ciento, esto es $4.92 billones de pesos.

De los impuestos, las principales fuentes son, el Impuestos Sobre la Renta y el IVA; se espera que el primero llegue a $2.71 billones de pesos y el segundo que sea de $1.33 billones de pesos. Lo interesante es que se espera una caída en los ingresos provenientes por el IVA del 6.3 por ciento respecto al 2023. Esto implica que se espera una desaceleración en el consumo doméstico que es la principal fuente de dicho impuesto.

Si a los ingresos totales le restamos el endeudamiento neto del gobierno federal que es de $1.906 billones de pesos, tenemos que los ingresos generados por fuentes propias del gobierno serían de $7.16 billones de pesos. Aquí es en donde se pone interesante el análisis del presupuesto, porque los ingresos propios muestran un incremento esperado del 2.9 por ciento respecto al 2023, mientras que los ingresos derivados de financiamiento muestran un incremento del 48 por ciento para el mismo periodo. Este incremento tan significativo en el financiamiento del gobierno federal se explica por el incremento sustancial en algunos gastos, que podemos revisar en el documento del proyecto de egresos para el 2024.

El incremento en el presupuesto de egresos para el 2024 respecto al 2023 es de $766.4 mil millones de pesos, las cuentas con los mayores incrementos son: Aportaciones a Seguridad Social ($185.4), pago de deuda ($182.7) IMSS ($180.25), Defensa Nacional ($147.52) Energía ($143.78), y Bienestar (135.64). Todas las cifras en paréntesis representan el monto de incremento anual y están en miles de millones de pesos. También hay cuentas con reducciones importantes, entre las que destacan PEMEX que tiene una reducción de $222.38 mil millones de pesos, Turismo que tiene una reducción de $143.6, y Salud $112.63 mil millones de pesos de reducción, entre otras cuentas con reducciones menos significativas.

En resumen, el gobierno federal solamente puede producir el 80.8 por ciento del total de recursos que necesita para operar en el 2024.

El presidente ha dicho de manera recurrente que no dejará endeudado al país, y aunque la deuda pública se mantiene aún ligeramente por debajo del 50 por ciento de PIB si es importante resaltar que en términos reales, es decir a pesos constantes del 2018, los ingresos derivados de financiamiento en cada iniciativa de Ley desde el 2019 han pasado de $519.6 mil millones de pesos a $1.3 billones de pesos al 2024, es decir, la solicitud anual de deuda se ha incrementado un 150 por ciento en términos reales en lo que va de esta administración federal.

Por su lado, los ingresos propios solamente se han incrementado un 8.2 por ciento. En otras palabras, los ingresos propios pasaron de representar el 21 por ciento sobre el ingreso total en el 2019 al 21.5 por ciento para el 2024 en términos reales, pero los ingresos por financiamiento pasaron de representar el 2.2 por ciento en el 2019 al 5.1 por ciento para el 2024.

Al menos debemos reconocer que el presidente López Obrador ha cumplido su palabra de no incrementar los impuestos; sin embargo, esta promesa se nulifica ante la realidad de que el incremento de la deuda de cualquier manera la tendremos que pagar los mexicanos, tarde o temprano se deberán incrementar los impuestos para compensar este diferencial entre los recursos necesarios para operar y los ingresos propios. No me extrañaría que en el primer año de gobierno de la nueva administración federal se debería hacer una revisión de la política fiscal, ya sea incrementar los impuestos o reducir el gasto social. Que debemos reconocer que será difícil reducir, por las implicaciones políticas que tiene.

Usando el Índice Nacional de Precios al Consumidor base 2018, calculé los datos en términos reales, y se puede observar que el gasto social, principalmente abanderado por el gasto en el renglón de la secretaría del Bienestar, se ha incrementado en términos reales un 185 por ciento del 2019 al presupuesto para el 2024, ha pasado de $142.9 mil millones de pesos a $407.48 mil millones de pesos para el 2024. Esto, mientras que el gasto real en Salud se ha reducido un 38.7 por ciento en términos reales, y el gasto en Educación se ha incrementado solo un 10.4 por ciento.

El gasto que explica el incremento en la Secretaría del Bienestar es principalmente las pensiones a adultos mayores, que en términos reales representan más del 85 por ciento del egreso total de dicha secretaría. A final de cuentas, el gasto público total del gobierno federal representará el 26.6 por ciento en términos reales en el 2024, viniendo de un 23.2 por ciento en el 2019.

En resumen, los ingresos propios no son suficientes para cubrir el gasto público total. Gasto público que se ha incrementado gracias a una política social creciente en transferencias en efectivo, que si bien pueden ayudar a reducir algunos síntomas de nuestra problemática social, no serán sostenibles ni en el corto plazo.

Si sumamos las aportaciones a seguridad social más el gasto de la secretaría de bienestar a pesos corrientes, resultan en $1.965 billones de pesos para el 2024, incluso el financiamiento por deuda de $1.906 billones de pesos es insuficiente para cubrir dicho monto.

En conclusión, habrá tres estrategias posibles para la siguiente administración federal que inicie en el 2025; o se reduce el gasto, o se incrementan los impuestos, o se seguirá incrementando la deuda pública.

Pablo de la Peña

Pablo de la Peña

Decano Asociado de Educación Continua de la Escuela de Ciencias Sociales y Gobierno y director de la Escuela de Gobierno y Transformación Pública, profesor del Tec de Monterrey de Economía y de Gestión Pública Aplicada.

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