Monterrey

Teresa de Jesus Elizondo: La ironía mexicana con el nearshoring

México, durante los últimos 15 años, ha sido una potencia turística; manteniéndonos entre los primeros 10 destinos turísticos a nivel mundial.

Recientemente escuché una entrevista relacionada con diversos temas de la actual agenda económico/política de México. Al final, se preguntó al entrevistado sobre lo que México tiene que hacer para aprovechar la gran oportunidad histórica que representa el fenómeno del Nearshoring. Para mi sorpresa escuché que sarcásticamente, el especialista en cuestión contesto: “Nada, no tenemos que hacer nada. Solo estar receptivos a las necesidades de nuestro vecino del norte (USA) para poner en operación todo lo que ya hemos formalizado, más no honrado”. Sorprendida de dicha contestación, traté de investigar los factores básicos de tras de tal aseveración.

Considerando que el Nearshoring tiene que ver con la reubicación o relocalización estratégica de las facilidades productivas de una empresa para simplificar su cadena de suministro hacia su cliente final, pude sintetizar los fundamentos bajos los cuales y para mi sorpresa, efectivamente muestran, que no se tiene que hacer gran cosa para atender esta nueva tendencia.

México, como país, cuenta con una demografía todavía sana, compuesta por más de 126 millones de habitantes, dónde su pirámide poblacional todavía tiene un fuerte potencial para el desarrollo. También en lo que corresponde a sus recursos naturales, sigue siendo un importante productor de Plata, Oro, Cobre, Zinc, Litio y de algo de Petróleo.

Cuenta con amplias extensiones territoriales de tierras fértiles que actualmente producen una buena parte de las principales frutas y hortalizas que exportamos. México, durante los últimos 15 años, ha sido una potencia turística; manteniéndonos entre los primeros 10 destinos turísticos a nivel mundial.

Por último; resaltar que somos la puerta de entrada a USA, lo cual facilita la dinámica de comercialización entre ambos países.

Entrando al entorno geopolítico, desde la caída del Muro de Berlín, USA consolidó su dominio mundial. Con esto, se empezó a manifestar una tendencia de globalización de los mercados, lo que fue factor para el despertar del gran gigante asiático, China.

En un tiempo relativamente corto, China se convirtió en la fábrica del mundo, pasando de ser un productor de bajo valor agregado a uno de productos con alto desarrollo tecnológico. Esto convirtió a China en un verdadero rival para USA a nivel económico, geopolítico y militar, siendo esta amenaza, la razón principal por la que USA le declarará una guerra comercial.

Además, tras la crisis del COVID, los países del bloque occidental se percataron de que no podían volverse totalmente dependientes de China, por lo tanto, buscaron diversificar sus cadenas de suministro, particularmente en los segmentos estratégicos. Esta visión se reforzó con el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania. Dado que, por el apoyo mostrado a los ucranianos, casi toda Europa se quedó sin su principal proveedor de gas natural, precisamente Rusia.

En conclusión, para los países involucrados en la globalización de los mercados, era indispensable ensanchar su diversificación de proveedores, así como encontrar aquellos países donde se pueda producir en los mejores términos.

México es un país con lazos históricos y culturales muy importantes con USA y Europa y cuenta con cerca de 12 millones de mexicanos registrados en USA y tratados de libre comercio con USA, Canadá y la Unión Europea. Aunado a una privilegiada situación geográfica y una sólida industria manufacturera con mano de obra calificada y costos competitivos, da origen a un “coctel” inmejorable que le permitiría aprovechar un escenario favorable y con ello cristalizar esta oportunidad histórica mencionada anteriormente.

Para cerrar este círculo virtuoso, toda industria mundial competente necesita de fuentes de energía constante y barata. Pues bien, una de las armas estratégicas de México, es su alto potencial para la generación de energías renovables. Tanto para la generación de energía fotovoltaica como eólica, se cuenta con las condiciones ideales para ser todavía un país más atractivo.

De hecho, desde el 2013 se formalizó por medio del congreso en turno, elevándose a rango constitucional, una reforma energética que permitiría en forma regulada la participación de empresas privadas nacionales e internacionales.

Con todo esto, debe quedarnos claro que el camino está listo para arrancar en el momento en que haya la voluntad política para hacerlo. En muchos casos, literalmente, solo es necesario “subir el switch” para empezar a generar buenos resultados en materia energética y con ello iniciar el ingreso de inversiones permanentes que generarían niveles nunca vistos de exportaciones y con esto, llevarnos a tasas de crecimiento cercanas al 5% del PIB de acuerdo a múltiples especialistas.

Solo faltaría que el gobierno en turno haga lo que tendría que hacer bajo cualquier escenario, esto es, garantizar un estado de derecho que de seguridad a todos quienes estamos dentro de este bello país. Por lo demás, todo está listo.

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