Monterrey

Urge revisar políticas de inversión en materia hídrica ante la sequía

Nuevo León es de los más afectados por la sequía con todas sus presas por debajo del 50 por ciento y la falta de inversión en infraestructura preventiva.

Al ser la sequía uno de los fenómenos climáticos que más impacto negativo tiene en distintas actividades económicas por la progresión lenta de sus efectos como es la escasez de agua, obliga a una urgente revisión de las políticas públicas y de la oferta del líquido para los diferentes usos, coincidieron en el Encuentro de Expertos: Desafíos y Escenarios de la Sequía.

Eduardo Vázquez, director Ejecutivo de Agua Capital, dijo que en Nuevo León aún y cuando acumula siete años consecutivos con estrés hídrico por no presentarse lluvias intensas o suficientes, existe la oportunidad para implementar medidas preventivas y de mitigación, como es el desarrollo en infraestructura y tecnificación de los sistemas agrícolas, así como para la protección de las fuentes de agua.

“Este estado es el que más aporta al Producto Interno Bruto (PIB) nacional con 11.4 por ciento, y desde hace siete años sufre estrés hídrico por la falta de lluvias intensas, y el problema continúa, por lo que en octubre pasado se emitió la segunda declaratoria de emergencia por sequía extrema”, indicó.

Por su parte, Raúl Rodríguez, presidente del Consejo Consultivo del Agua, señaló que: “es necesario revisar las políticas públicas de las inversiones que se hacen en infraestructura resiliente y que hasta ahora han carecido de la visión necesaria para enfrentar escenarios de incertidumbre climática.

“Los impactos actuales de la sequía son aún más severos porque no se realizaron las inversiones en infraestructura preventiva”, enfatizó.

Aldo Ramírez, director del Centro del Agua para América Latina y el Caribe del Tecnológico de Monterrey, refirió que la problemática repercute en aspectos sociales y económicos.

“La sequía impacta diversos sectores dado que al disminuir la precipitación vemos impactos como la baja en el flujo en los ríos; disminuye la infiltración y recarga a los acuíferos, y si esta situación continúa como ha sucedido en los últimos años, el campo empieza a sufrir y entonces allí es donde vemos una problemática seria en la relación entre el agua, la energía y los alimentos.

“En sequías de gran duración, todos los sectores sociales y económicos comienzan a tener impactos significativos”, afirmó Ramírez.

Los expertos concluyeron que la crisis hídrica actual en Nuevo León y en casi todo el territorio nacional deja ver, una vez más, la fragilidad y riesgo en que se encuentra el país, por lo que es indispensable diseñar nuevas políticas de suministro del agua, ya que de otra manera, las crisis hídricas derivadas de la sequía continuarán siendo abordadas con medidas reactivas, inerciales y, en la mayoría de los casos, ineficaces para su resolución.

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