Monterrey

Carlos Alberto Vargas: Justicia salarial en México

Desafíos y aspiraciones.

En la incansable búsqueda de una equidad salarial genuina, México se enfrenta a desafíos enormes. Esto significa, entre otras cosas, que los salarios que reciben las personas verdaderamente alcancen para cubrir sus necesidades, pero también para propiciar el ahorro e inversión y, ¿por qué no?, darse algún gustito de vez en cuando.

La persistente disparidad salarial plantea interrogantes cruciales sobre la sostenibilidad económica y la construcción de un futuro financiero estable para los trabajadores. En este contexto, es esencial explorar los retos actuales y las metas a largo plazo para lograr una justicia salarial en el país.

Si nos vamos en orden, por un lado, tenemos la brecha salarial, entre los salarios más altos y más bajos en México. Una brecha notable que crea una disparidad económica que requiere atención urgente. Ya que mientras algunos trabajadores luchan por cubrir necesidades básicas, otros disfrutan de ingresos sustanciales.

Superar esta disparidad implica abordar cuestiones fundamentales, relacionadas con la equidad y la distribución justa de los recursos, pero no es sencillo y requiere un diseño adecuado que no caiga en soluciones cortoplacistas, sino que verdaderamente promueva la creación de soluciones sostenibles que reduzcan la brecha salarial en el largo plazo.

Por otra parte, el creciente costo de vida añade presión adicional a muchos trabajadores que buscan construir un patrimonio. Gastos significativos como vivienda, educación y atención médica destacan la importancia de acceder a salarios que no sólo cubran las necesidades básicas, sino que también permitan el ahorro y la inversión.

Este tipo de gastos son cuantiosos y no son siempre cubiertos solamente con el ingreso corriente de las personas, sino que requieren de apoyos gubernamentales, coberturas de seguros o incluso de usar el propio ahorro para solventarlos. Aquí de nuevo vemos la importancia de atender estos temas con soluciones sostenibles que complementen la capacidad de las personas de afrontar estos gastos cuando se presentan.

Finalmente, algunos expertos opinan que también la falta de transparencia en las estructuras salariales dificulta la promoción de la justicia salarial. La transparencia salarial puede llegar a ser esencial para abordar inequidades y fomentar un diálogo abierto sobre la distribución de recursos en las empresas y sectores, pero es un tema complejo por las implicaciones relacionadas con la divulgación de datos personales. Por una parte, tenemos aquí la necesidad de contar con información correcta y completa para la mejor toma de decisiones, pero por otra parte es importante también tener cuidado del manejo de dicha información, que puede resultar sensible.

Y no hay recetas fáciles, pero la clave es establecer salarios dignos que permitan a los trabajadores no sólo subsistir, sino también construir un patrimonio sólido. La clave entonces está ahí, en ¿qué tanto es tantito? O en este caso, ¿qué quiere decir un salario digno? Esto va más allá del cumplimiento de las leyes laborales, implicando garantizar que los ingresos sean suficientes para una vida plena y la creación de un patrimonio a largo plazo. Esto es un tema de equidad y la solución debe venir, de hecho, desde la propia base laboral que son quienes verdaderamente entienden sus propias necesidades, oportunidades y retos.

Una forma de comenzar pudiera ser, con mayor y mejor educación financiera y de esta manera empoderar a los trabajadores con conocimientos financieros básicos. La educación financiera facilita la toma de decisiones con información sobre el ahorro, la inversión y la gestión de deudas, beneficiando tanto a individuos como a la economía en general y aunque no es la respuesta a la definición de un salario digno, si abona en la dirección correcta.

Por otra parte, es necesario fomentar una cultura empresarial de responsabilidad social que busque el bienestar de sus propios empleados. Son las empresas que reconocen la importancia de una distribución equitativa de los ingresos los entes que más contribuyen a la justicia salarial y, por tanto, quienes generan un impacto positivo en la sociedad y fortalecen la estabilidad económica. Hay muchos ejemplos de este tipo de empresas en México. Empresas que buscan ser responsables y apoyar a sus empleados, pero también a la sociedad y esto requiere del esfuerzo de todos.

En el camino hacia la justicia salarial y la creación de un patrimonio en México, es esencial que empresas, gobiernos y trabajadores colaboren de manera proactiva. La construcción de un futuro financiero sólido para todos requiere un compromiso colectivo con la justicia y la equidad en cada nivel de la sociedad.

El autor es profesor en Finanzas Sostenibles en EGADE Business School y la Universidad de Harvard. Es también Chief Sustainability Officer en Grupo HYCSA y consejero en varias organizaciones.

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