Pues el plantón del 21 de enero surtió efecto, la vigencia es lo que preocupa. En tanto autoridades, candidaturas y partidos políticos de Nuevo León ya tomaron la bandera de la contaminación y/o la refinería en preparación de sendas campañas.
Ojalá dure el impulso más allá del 2 de junio porque la contaminación de la ciudad no tiene solución simple. Tantéele nada más con esto: empresas enquistadas en la ciudad con permisos de dudosa efectividad, transporte público deficiente y rutas arcaicas de inoperantes, legislación que ni disuade la emisión de desechos tóxicos en agua ni aire y tampoco la sanciona, políticas públicas aisladas, descoordinadas y asincrónicas.
La convocatoria en redes sociales al plantón le prendió el cuete en las oficinas del gobierno del Estado, primero el gobernador y después el secretario de medio ambiente se apropiaron del tema. A la par saltaron en sus redes algunos regidores que quieren la diputación, diputadas que quieren la reelección y mezclas similares.
La realidad es que estamos viviendo en una nube de nata espesa que afecta la salud de todos. Cada persona en esta ciudad convive con sus estornudos, moquera, ojos llorosos o esa sensación de lasitud de la intoxicación.
Para colmo, los días de viento fuerte a causa de un incendio se levantaron dos borbotones gigantes grises, espesos que ni las ráfagas de aire esparcían.
El aire no se lo llevó, aunque hayan desaparecido del horizonte. Ese par de nubes negras se mezclaron con la nata que el viento había venido meneando durante el sábado. Ahí andan las partículas sólidas buscando el tejido blando para asentar e irritar vías respiratorias, ojos y oídos, y si puede, concentrarse en los pulmones para navegar por la sangre y que se sienta su presencia en el cuerpo.
La contaminación es problema añejo que se ha llevado muchas vidas y mucha calidad de vida sin que los gobiernos lo enfrenten. La buena nueva es que se puso de moda gracias a la movilización de la ciudadanía organizada en un periodo que tiene amordazadas a las candidaturas y les da oportunidad a las autoridades a hacer su chamba, la que no hicieron hace tres años.
Lo que sí marca una diferencia es que la ciudadanía ya organizada no va permitir que esto se convierta en un fuego fatuo como solía suceder.
Aquí se ha venido dando cuenta desde la marcha en defensa del INE del 2022 (#23Nov) de todo lo que se ha revolucionado la agenda política a partir de esa intervención de la ciudadanía. Y viene ya la marcha del #18Febrero