Monterrey

Laura E. Garza: ¿Qué tan funcionales son nuestras interpretaciones en el trabajo y la vida personal?

Desde una perspectiva de desarrollo de habilidades para el trabajo y la vida personal, las interpretaciones nos abren o cierran posibilidades.

Es importante reflexionar sobre cómo estamos programados para hacer las interpretaciones de los hechos. Hacernos conscientes y reprogramarnos para mejorar nuestra vida es sin duda una tarea importante.

El hecho es lo que es; debe permanecer neutral, simplemente es. Si aceptamos el hecho de esta forma, podremos actuar frente a él con responsabilidad y definiendo quiénes queremos ser. La pregunta importante es: ¿qué está pasando realmente? Y para contestarla, es vital apegarnos a los hechos y limpiarnos completamente de las interpretaciones.

En las interpretaciones aparecen las distorsiones, ya que traducimos la experiencia de acuerdo a nuestras programaciones neurológicas que se han formado durante nuestra vida (cómo crecimos, nuestros aprendizajes, cómo se relaciona esto con un hecho del pasado, etcétera).

Desde ahí podremos determinar nuestra siguiente acción. Si logramos no neutralizarlo, al clasificarlo como malo, comenzaremos con la historia que lo respalda y no somos capaces de superar dicha situación. Si queremos transcender un hecho que hemos vivido, tenemos que sacarlo de la historia, soltar los pensamientos que lo acompañan, para que así se disuelva la energía y el poder que tiene sobre nosotros.

La interpretación del hecho se vuelve nuestra historia; hablar de nuestros enojos y frustraciones nos vuelve víctimas de ellas. Cuando la historia nos define y reaccionamos a partir de ella, nos volvemos seres pequeños, sin mayores posibilidades. Nuestras interpretaciones de los hechos nos definen y determinan, finalmente, nuestra vida.

Las interpretaciones la hacemos a partir de nuestra forma de pensar: se estima que por cada pensamiento negativo que tenemos se necesitan al menos 33 pensamientos positivos para neutralizarlo. Y si diariamente tenemos entre 60 mil y 70 mil pensamientos y el 70 por ciento de estos son negativos, podemos darnos cuenta del trabajo que necesitamos hacer.

Cuando experimentas una sensación estresante, reflexiona: ¿qué pensamientos estoy “entreteniendo”?, porque a partir de ahí estás construyendo la historia que te mantiene en la falsedad. Detrás de cada sensación molesta que vivimos, hay pensamientos falsos o que se contraponen con la realidad.

La buena noticia es que podemos entrenarnos tanto para neutralizar las interpretaciones NO funcionales, como para cambiar nuestro sistema de pensamiento negativo.

El objetivo es tomar consciencia de la cantidad de interpretaciones que conviven en nuestra cabeza y de los que no somos consciente (acerca de mí, los demás, el lugar, la realidad, las emociones y todo lo que se te ocurra) para tener mayor amplitud mental.

En resumen, podemos comenzar a trabajar en: 1. Observa permanentemente tus interpretaciones, 2. Haz consciente las interpretaciones limitantes o negativas, y 3. Cambia las interpretaciones por los hechos.

Por ejemplo: interpretación: “Mi jefe me regañó”; hecho: “Estuve platicando con mi jefe sobre las áreas de oportunidad en las que necesito trabajar”. Otra interpretación: “En mi equipo de trabajo nadie se compromete”; hecho: “2 de las 5 personas de mi equipo tiene retraso en las actividades”.

Porque, al final, cuando somos capaces de ver los hechos tal cual son, podemos afrontarlos desde otro nivel energético y de una forma más productiva.

La autora es profesora del programa de Desarrollo Organizacional en la UDEM y consultora en bienestar organizacional. Cuenta con un doctorado en Cambio Organizacional por la Universidad de Pepperdine.

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