En nuestro mundo globalizado, donde las empresas abarcan continentes y culturas, no se puede subestimar la importancia de la diversidad y la inclusión. Sin embargo, un aspecto de la diversidad, que a menudo se pasa por alto, es la diversidad lingüística. La política lingüística de una empresa, o la falta de ella, puede afectar significativamente la inclusión y el bienestar de sus empleados, así como su relación con las comunidades locales y las partes interesadas globales. En este ensayo, defenderé porqué y cómo las empresas deberían adoptar políticas lingüísticas corporativas que apoyen activamente las lenguas minoritarias e indígenas.
El lenguaje no es simplemente una herramienta de comunicación; es una piedra angular de la cultura, la identidad y el patrimonio. Para las comunidades minoritarias e indígenas, sus lenguas no son sólo medios para expresar pensamientos e ideas, sino también depósitos de ricas tradiciones culturales, sabiduría y narrativas históricas. Cuando las empresas reconocen y respetan estas lenguas, demuestran un compromiso con la diversidad cultural y la inclusión. ¿Por qué?
Las políticas lingüísticas corporativas que apoyan las lenguas minoritarias e indígenas envían un mensaje claro de inclusión a los empleados de estas comunidades. Cuando los empleados pueden comunicarse en su lengua materna se sienten valorados y escuchados, lo que genera una mayor moral y un lugar de trabajo más inclusivo.
Hablar la lengua materna en el trabajo puede reducir el estrés y mejorar el bienestar. Elimina las barreras relacionadas con el idioma y permite a los empleados expresarse de manera más cómoda y auténtica, lo que en última instancia aumenta la satisfacción laboral.
Para las empresas que operan en regiones con comunidades lingüísticas diversas, como México, la adopción de lenguas locales en su comunicación fomenta vínculos más fuertes con las poblaciones locales. Demuestra respeto por la cultura local y ayuda a generar confianza dentro de la comunidad.
Apoyar las lenguas minoritarias e indígenas también puede ser una medida estratégica. Puede abrir puertas a mercados y consumidores que, a menudo, pasan desapercibidos para las empresas que dependen únicamente de los idiomas dominantes.
Varias empresas ya han reconocido los beneficios de adoptar la diversidad lingüística en sus políticas lingüísticas corporativas. Google, por ejemplo, ha lanzado iniciativas para apoyar las lenguas indígenas incorporándolas en Google Translate (p. ej., guaraní y quechua), mientras Microsoft ofrece soporte para cientos de idiomas en su software y sistemas operativos (p. ej., inuktitut y maorí).
Esto no sólo facilita la comunicación en estos idiomas sino que también ayuda a preservarlos al hacer que los contenidos digitales sean más accesibles. IKEA, un gigante mundial del sector minorista, ha sido elogiado por su enfoque multilingüe. En regiones con diversidad lingüística, proporcionan materiales y ofrecen productos en varios idiomas, incluidas lenguas minoritarias, lo que garantiza que sus clientes puedan acceder a información importante en su idioma preferido.
Si bien la adopción de políticas lingüísticas corporativas que apoyen las lenguas minoritarias e indígenas es un objetivo loable, conlleva desafíos. A continuación, se presentan algunos desafíos comunes y posibles soluciones:
Limitaciones de recursos: las empresas pueden preocuparse por los recursos necesarios para el soporte lingüístico. Sin embargo, asociarse con organizaciones u expertos en lenguas locales puede ayudar a reducir la carga y garantizar la precisión.
Cumplimiento legal y normativo: en algunas regiones, pueden existir requisitos legales con respecto al uso del idioma. Las empresas deben asegurarse de que sus políticas lingüísticas se alineen con las regulaciones locales.
Formación de empleados: Para maximizar los beneficios de la diversidad lingüística, las empresas pueden ofrecer programas de formación lingüística a los empleados, promoviendo el dominio del idioma y la competencia intercultural.
En un mundo que celebra la diversidad, las políticas lingüísticas corporativas deben evolucionar para reflejar el rico entramado de idiomas, lenguas y culturas que conforman nuestra comunidad global.
Aceptar las lenguas minoritarias e indígenas no es sólo una elección ética; es estratégico y puede conducir a un lugar de trabajo más inclusivo, relaciones comunitarias más sólidas y un mayor alcance en el mercado. Al adoptar políticas lingüísticas corporativas que apoyen las lenguas minoritarias e indígenas, las empresas pueden ser líderes en el fomento de un entorno en el que todas las voces sean escuchadas.
El autor es profesor e investigador en la EGADE Business School del Tecnológico de Monterrey. Su trabajo se centra en la responsabilidad social corporativa y sustentabilidad de los negocios.
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