Monterrey

Marco A. Quiroz: Cómo las nuevas tecnologías generan consecuencias para la humanidad

Los impactos, riesgos y oportunidades de la IA en el medio ambiente.

Como contadores, la Inteligencia Artificial puede ser de gran utilidad en los procesos de optimización y automatización de actividades repetitivas, así como en la generación de valor en el análisis de grandes volúmenes de datos. Sin embargo, también conlleva impactos negativos en el medio ambiente, la sociedad y la economía.

En este artículo, me enfocaré en los impactos, riesgos y oportunidades de la IA en el medio ambiente.

De acuerdo con AI for the Planet, el 87% de los expertos en IA y sostenibilidad consideran que la IA será un factor esencial contra el cambio climático, aunque reconocen que existen importantes barreras para adoptarla: Insuficiente experiencia en IA como herramienta para ser usada en la lucha contra el cambio climático; Disponibilidad limitada de soluciones de IA y Falta de confianza en los datos y análisis relacionados con la IA.

Recientemente, un estudio publicado por la Universidad de California en Irvine y el Massachusetts Institute of Technologic (MIT) ha revelado datos sorprendentes sobre el consumo energético de la IA en comparación con los humanos, por ejemplo: Al producir una página de texto, una IA Generativa, como ChatGPT, emite entre 130 y 1,500 veces menos dióxido de carbono que una persona; Al generar una imagen una IA como Midjourney emite entre 310 y 2,900 veces menos dióxido de carbono que un ser humano.

En el mismo sentido apunta el estudio efectuado por la división de IA del Boston Consulting Group, el cual asegura que el uso de la IA puede generar reducciones de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) del 5% al 10%, el equivalente entre 2.6 y 5.3 gigatoneladas si se aplica a nivel global.

Sin embargo, una de las principales críticas a la IA es su hermetismo, y es que existen múltiples enigmas sobre su funcionamiento, enigmas que las empresas desarrolladoras parecen no querer desvelar.

Según datos de la Association for Computing Machinery, las tecnologías de la información y comunicación producen entre el 1.8% y el 3.9% de las emisiones mundiales de carbono, esto es muy similar a las emisiones provenientes de los residuos que generamos, además de que el informe destaca que los centros de datos consumían el 3% del suministro de energía mundial, el doble que hace una década.

Un estudio de la Universidad de Cornell estimó en 2021 que el entrenamiento de ChatGPT-3, desarrollado por OpenAI, consumió 1,287 megavatios por hora y generó emisiones de más de 550 toneladas de dióxido de carbono, según la revista Wired, esta cifra es equivalente a la que emitiría una sola persona que viajara 550 veces ida y vuelta en avión de Nueva York a San Francisco.

Un estudio publicado por las Universidades de Riverdale de California y la Universidad de Arlington de Texas, revela que el entrenamiento de GPT-3 en los centros de datos de Microsoft puede consumir directamente 700,000 litros de agua potable (suficiente para producir 320 vehículos eléctricos Tesla).

De acuerdo con el Data Center Frontier, se estima que sólo en EE. UU. los centros de datos consumen diariamente 1,363,000 litros de agua, esta cantidad es equivalente al gasto necesario para 13,630 personas o tres hospitales de tamaño medio. Otro punto por considerar es que muchos centros de datos se encuentran en áreas donde el agua es escasa, por citar un par de ejemplos, el 23% y el 18% de los centros de extracción de agua de Microsoft y Google, respectivamente, se encontraban en zonas de alto estrés hídrico.

Definitivamente las innovaciones tecnológicas serán un aliado fundamental para la creación de negocios económica, ecológica y socialmente sostenibles; sin embargo, para tomar decisiones de manera consciente, será prioritario considerar también los impactos que la tecnología puede causar no solamente en los negocios, sino también en el medioambiente y en las comunidades.

Nuevo León es el estado con mayor estrés hídrico y mayor contaminación del país (General Escobedo, Santa Catarina, Cadereyta Jiménez y San Nicolás de los Garza se encuentran actualmente entre las 10 ciudades mexicanas con peor calidad del aire según el ranking mundial de ICA).

Además, es el segundo estado que mayor inversión extranjera directa recibe en México, lo cual va de la mano con el crecimiento económico y tecnológico. Y es este potencial crecimiento tecnológico el que permitiría poder beneficiarse de tecnologías disruptivas para combatir el cambio climático, entre ellas, la Inteligencia Artificial.

Pero ¿realmente la Inteligencia Artificial será un aliado para combatir el cambio climático? La Inteligencia Artificial claramente puede ayudar a reducir el cambio climático, sin embargo, primero debe dejar de contribuir a este.

Las empresas en Nuevo León necesitarán capacitar a sus colaboradores en IA y nuevas tecnologías, pero también elaborar informes de sostenibilidad, estudios de factibilidad del agua, evaluaciones de impacto ambiental, sistemas de gestión ambiental, entre otros; esto coadyuvará a mitigar a largo plazo riesgos económicos e impactos negativos y promoverá la generación de oportunidades económicas e impactos positivos en su entorno.

El autor es Titular de la Comisión de Tecnología del ICPNL.

Correo: marco.quiroz@iemsamericas.com

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