Monterrey

Rodrigo Fenton: ¿Es un problema el capital contable negativo en el Banco de México?

Los reportes financieros indican que las pérdidas recientes están relacionadas con la posición cambiara.

Ha sido ya una nota de preocupación en algunos círculos desde hace tiempo que el Banco de México opera con capital contable negativo. A finales de abril de este año, el saldo negativo es de menos 714 mil millones de pesos. Visto como una empresa normal, esto implicaría una quiebra técnica en la mayoría de las circunstancias.

Incluso si se viera como la cuenta de un operador en los mercados financieros, una situación así detonaría una llamada al margen y los demás operadores le pedirían que recapitalice su balance.

Los reportes financieros del Banco de México indican que las pérdidas recientes están relacionadas con la posición cambiara. Sus reservas internacionales (el principal activo), están en monedas extranjeras y han perdido valor gracias al desempeño del denominado superpeso. ¿Sin embargo, en realidad es una preocupación alarmante?

En el mundo de la política monetaria, no es inusual que los bancos centrales operen con capital contable negativo. El capital contable negativo en un banco central no implica la misma gravedad que en una empresa privada porque los bancos centrales no operan bajo el principio de maximizar ganancias, sino que su función es cumplir con los mandatos de política monetaria.

Varios bancos centrales, incluidos los de economías avanzadas, operan y han operado con capital contable negativo sin que esto haya impedido cumplir con sus mandatos. Algunos ejemplos son Chile, Israel o la República Checa.

Algunas instituciones como la Reserva Federal de los Estados Unidos podrían contar con capital contable negativo si siguieran diferentes políticas de reconocimiento de sus valores y hay otros como el Banco de Inglaterra que cuentan con mandatos que los obligan a tener capital positivo

Una de las formas con las que se termina con capital contable negativo es la siguiente el banco central emite billetes y monedas en pesos, los cuales se consideran una “obligación” o pasivo. Sin embargo, esta obligación se cubre con los mismos billetes y monedas que se imprimen. Una parte de esos billetes y monedas son demandados por extranjeros que buscan operar el país. El banco central de forma indirecta acaba intercambiando los billetes y monedas por recursos en moneda extranjera que los guarda como activos y son la base de las Reserva Internacionales. Por lo tanto, el banco central tiene activos en moneda extranjera y sus pasivos en la moneda local. Si el peso se deprecia, las reservas internacionales generan ganancias cambiarias cuando se comparan con los pesos. Si el peso se aprecia y permanece fuerte, el banco central registra pérdidas en el valor de sus reservas internacionales. Eventualmente, si la moneda permanece fuerte mucho tiempo, se generarán pérdidas tales en libros que terminarán con un capital contable negativo,

¿Importa tener capital contable negativo? A final de cuentas, los bancos centrales no son empresas, tienen un objetivo de política monetaria que no es el de maximizar sus ganancias. Una de las principales ventajas de operar con capital contable negativo es la capacidad de un banco central para intervenir en el mercado de divisas y estabilizar la moneda local. Esto es particularmente útil en tiempos de volatilidad económica o crisis financieras, donde las intervenciones pueden ayudar a mantener la confianza en la moneda y la economía del país.

Además, esta posición permite a los bancos centrales manejar de manera proactiva la inflación y otros indicadores económicos clave, a través de la compra o venta de divisas sin depender directamente de sus reservas monetarias internas.

Sin embargo, operar con capital contable negativo también conlleva riesgos. Puede limitar la capacidad del banco central para responder a crisis económicas futuras, sobre todo por el valor de sus reservas. Además, puede generar preocupación entre inversores y mercados financieros, afectando la percepción de la estabilidad económica del país.

Idealmente el capital contable negativo requiere una estrategia calibrada que equilibre la intervención en el mercado cambiario con la necesidad de mantener reservas suficientes para futuras contingencias. Es ideal una comunicación transparente por parte del banco central para asegurar la confianza del público y de los mercados.

En resumen, un banco central puede continuar operando efectivamente y cumpliendo con sus objetivos de política monetaria incluso cuando registra capital contable negativo. Esta capacidad subraya la naturaleza única de los bancos centrales en comparación con el sector privado, donde el capital negativo generalmente indicaría problemas financieros serios. A largo plazo, la habilidad para gestionar estas dinámicas complejas definirá la estabilidad monetaria de México y la confianza en su economía en general.

El autor es economista y Director de Programa para la Licenciatura en Finanzas de la Escuela de Negocios del ITESM Campus Monterrey. Se agradecen comentarios a: rfenton@tec.mx

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