El compartir frontera con los Estados Unidos, ha influido de forma importante en el devenir histórico de México. Esta cercanía ha sido determinante en el desarrollo del país, en sus decisiones políticas, así como en sus relaciones con otras naciones. Desde los traumas heredados del siglo XIX, con guerras y pérdidas de territorios, cambios y conflictos internos, y otros factores, han moldeado el potencial de crecimiento, y su rumbo político y económico. Sin embargo, la proximidad con la principal economía a nivel global, le ha significado a México enfrentar retos, pero también aprovechar oportunidades que se han visto reflejado en el crecimiento económico en décadas recientes.
En un panorama donde hay un aumento en la incertidumbre a nivel global debido a un incremento en la inseguridad mundial al afrontar guerras como en Ucrania o Israel, y al enfrentar retos globales como el cambio climático, es importante contar con herramientas que nos permite orientarnos en este mar de incertidumbre. Campos de estudio como la Geopolítica podrían ser una de esas brújulas que nos podrían orientar. Siguiendo a George Friedman, uno de los autores más reconocidos en este campo, la Geopolítica puede ser vista como un ámbito desde el cual nos puede ayudar en la compresión de como la geografía y factores como los políticos, económicos, y militares, y sus interconexiones afectan el comportamiento de las naciones y las relaciones internacionales.
En nuestro mundo en constante cambio, debido a la globalización, fronteras más porosas y los retos mundiales, la Geopolítica surge como una disciplina que nos permite orientarnos en este contexto y comprender mejor los escenarios internacionales. Es decir, factores como el clima, la ubicación, recursos naturales y la topografía, influyen en el poder y las estrategias de los estados. Es así como disciplinas como la Geopolítica nos ayuda a entender como algunos países usan sus recursos y poder para influir en otros, y como la geografía moldea el desarrollo de las naciones y sus relaciones con otros estados.
Aunado a este escenario, con el surgimiento de la era digital, la aparición de las nuevas tecnologías, las redes sociales y el ciberespacio, se puede apreciar un aumento en la complejidad e incertidumbre en las relaciones internacionales. Recientes avances en la inteligencia artificial y el big data, junto con los desafíos globales, pueden tener consecuencias en la forma en que la población se comunica y organiza, en el surgimiento de movimientos sociales y políticos, finalmente, en la forma como los estados se comportan, incrementando la incertidumbre global.
Después de la caída del Muro de Berlín a finales del siglo pasado, el orden bipolar dio paso a una configuración multipolar, que marcó el inicio de una nueva era en las relaciones internacionales donde el poder esta más disperso entre diferentes actores. Este cambio ha sido muy importante para entender el contexto actual de la economía global. En este nuevo escenario, países como México pueden jugar un papel clave en la configuración económica y política, en particular en las cadenas de suministro globales. En esta nueva configuración multipolar, Estados Unidos sigue siendo la potencia dominante, pero su hegemonía se ha visto desafiada por potencias emergentes como China, y en ciertas regiones, potencias locales buscan tener una mayor influencia como son el caso de Turquía en el Medio Oriente, o Rusia en Europa Oriental.
En el caso de México, poseer acceso a dos océanos, el Atlántico como el Pacifico, contar con una región como es el Istmo de Tehuantepec, el ser un puente de conexión entre Norteamérica con centro y Sudamérica, y tener acuerdos comerciales como T-MEC (Tratado Comercial entre México, Estados Unidos y Canadá) le proporciona una ventaja competitiva para el país. Y aunque, siguiendo varios estudios geopolíticos, el polo del desarrollo comercial se ha movido del océano atlántico al pacifico, México tiene acceso a ambos. Esto le permite, al país, tener una posición geopolítica del cual podría sacar ventaja.
Con las cadenas de suministro experimentado cambios debido a los incrementos en los costos de transportación, la energía, y los riesgos expuestos durante la pandemia. Ha surgido el fenómeno del Nearshoring, donde se busca reducir los costos de transporte y tiempos de entrega, aumentar la seguridad y estabilidad de las cadenas de suministro y reducir los efectos del incremento de las tensiones comerciales, ha llevado que las empresas a buscar relocalizar sus plantas de producción geográficamente más próximos al consumidor final. De esta tendencia, México podría aprovechar su localización geográfica con la mayor economía mundial, su acceso a los océanos más transitados, sus acuerdos comerciales con Norteamérica, su mano de obra calificada, una infraestructura robusta y costos de producción competitivos.
Lo cual se ha traducido en una inversión el año pasado de alrededor de 36 mil millones de dólares en inversión extranjera directa al país durante el 2023 lo que le permitió ocupar el noveno lugar a nivel internacional, siendo la Ciudad de México, Nuevo León y Jalisco los estados que concentran la mayor parte de dicha inversión.
Sin embargo, hay voces que opinan que el país no está aprovechando en su totalidad esta oportunidad de la cual podría sacar una mayor ventaja. El reto de la siguiente administración es, dejando las ideologías aún lado, tomar una posición más pragmática y sacar una mayor ventaja de la coyuntura internacional actual, y llevar el desarrollo económico a los estados del sureste, donde el istmo de Tehuantepec puede jugar un papel estratégico.
El autor es Profesor de Finanzas y Director de Entrada Tecnológico de Monterrey.