Monterrey

Federico Muciño: Punto de inflexión para energías renovables

Ahora, con la elección ya concluida y a unas pocas semanas de que la nueva Presidenta asuma el cargo, se empiezan a entrever los verdaderos planes de gobierno.

Mucho se habló durante las campañas presidenciales sobre la transición energética. Ambas candidatas mencionaron que las energías renovables y el combate al cambio climático serían temas prioritarios durante su gobierno. El concepto de energías renovables es en general bien percibido por los electores y evoca en la mayoría de los casos sentimientos positivos, por lo que no resulta extraño que ambas candidatas lo usaran como estandarte para temas de energía eléctrica.

Ahora, con la elección ya concluida y a unas pocas semanas de que la nueva Presidenta asuma el cargo, se empiezan a entrever los verdaderos planes de gobierno en temas de energía ya sin el filtro de las campañas electorales, y la información más reciente da pie a esperar una nueva bonanza en el desarrollo de generación renovable de energía eléctrica.

Al mismo tiempo la administración saliente está empujando importantes reformas que afectarán al sector energético y para las cuales está por definirse como embonan con la estrategia energética de la nueva administración.

En los últimos días del sexenio de Andrés Manuel López Obrador se esperan cambios relevantes a nivel constitucional y legislativo, entre los cuales destacan para el sector de energía eléctrica el nuevo rol de CFE y la probable desaparición de órganos autónomos.

Bajo la misma línea que se ha conducido el discurso durante el presente sexenio, la intención sigue siendo dar un lugar preponderante a la CFE y, más allá de eso, darle un rol principal en la planeación y operación del Sistema Eléctrico Nacional.

Por otro lado, la desaparición de órganos autónomos incluiría entre otros a la Comisión Reguladora de Energía, la cual pudiera pasar a ser parte de la Secretaría de Energía y por lo tanto sujeto directamente a la autoridad del Ejecutivo. Será interesante ver que tanta influencia puede ejercer Claudia Sheinbaum para moldear estas reformas, en el entendido que será ella quien tenga que lidiar con sus consecuencias durante todo su sexenio.

Por su parte, el equipo de transición de Claudia Sheinbaum ha comunicado su firme intención de acelerar la transición energética a través del impulso a “un ambicioso programa de inversión en energías renovables”. Si bien hay mucho escepticismo en torno a que tanto de esto que se ha dicho llegaría verdaderamente a concretarse, es importante rescatar el cambio completo de tono respecto a la administración actual.

Durante el sexenio que está por concluir, las energías renovables han sido denostadas, fuertemente críticas, asociadas con la odiada “privatización” y menospreciadas por su naturaleza intermitente. Este cambio de tono parece tender a alinearse con la tendencia global de mitigación del cambio climático a través de la transición de la matriz energética a fuentes renovables. Por esta propia tendencia global, más allá de los vaivenes políticos en México, tarde o temprano habrá que alinearse.

Pareciera entonces un tanto contradictorio que se estén haciendo cambios constitucionales y legislativos de último momento al cierre del presente sexenio, en vez de esperar a implementarlos en línea con un plan ya trazado de la nueva administración.

Evidentemente esto se presta para especular acerca del rol que el Presidente saliente jugará durante la siguiente administración, pues pareciera estar queriendo poner algunos candados en temas prioritarios para dejar un camino más o menos trazado.

Está por verse entonces si Claudia Sheinbaum puede imponerse ahora para que las reformas se acomoden a su estrategia energética o si por el contrario Andrés Manuel López Obrador marca línea o incluso sigue influyendo más allá de su mandato.

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