En las últimas décadas, la globalización ha causado que el mundo se convierta en un sitio interconectado, donde las cadenas productivas son cada vez más especializadas y las empresas que las conforman necesitan más recursos, no solo económicos sino también recurso humano altamente capacitado para llevar a cabo procesos de producción de alta calidad.
Además de la disponibilidad de recursos, hay otros factores que inciden en la atracción de inversión extranjera directa, como lo es la capacidad que tienen las organizaciones para reaccionar ante las crisis y tiempos de cambios, así como la adopción de tecnologías enfocadas a satisfacer las necesidades de los clientes de una manera más eficiente.
La tensión entre los países que buscan el control de los mercados a nivel global es cada vez más notoria, principalmente por los pasados conflictos entre Estados Unidos y China, lo que conduce a reconsiderar la forma en la que operan los mercados.
Dichas tensiones podrían tener un rebote favorable para el desarrollo latinoamericano, especialmente para México, al verse ante la oportunidad de beneficiarse por el desvío de las operaciones comerciales de Estados Unidos, generando el llamado nearshoring. En este contexto, los inversores se mueven a regiones geográficas que les provean de dichos recursos a costos más bajo, tal es el caso del estado de Nuevo León.
La Ciudad de México y Nuevo León son las dos entidades federativas del país que tienen más sectores atractores de la inversión extranjera directa. Este último atrae los mayores montos provenientes de Estados Unidos y se distingue por su importancia en la industria manufacturera, de acuerdo con el Centro de Estudios Económicos de la UANL en su reciente estudio sobre el impacto socioeconómico de la inversión nacional y extranjera en Nuevo León (2023).
Si bien, el estado de Nuevo León tiene ciertas ventajas como lo es su cercanía geográfica con Estados Unidos, también presenta el reto de una preparación mayor de su fuerza de trabajo y de sus profesionistas egresados para atender la demanda de mano de obra capacitada y especializada.
Un antecedente a este reto se presentó cuando la ensambladora de autos KIA llegó a Nuevo León empleando la mano de obra local para hacer la planta, para ser obreros en el trayecto de la creación de la planta y cediendo los puestos más remunerados a directivos de otros países, de acuerdo con Patricio Lozano, el alcalde del municipio de Pesquería, Nuevo León, en una entrevista otorgada a Suárez (2023) para Hora Cero.
El alcalde enfatizó la importancia de contar con mano de obra altamente capacitada para que la historia no se repita ante la posible llegada de la ensambladora de autos Tesla.
Los sucesos económicos y políticos generan escenarios de cambio continuo, las organizaciones hoy en día debieran estar preparadas para enfrentar las crisis y reaccionar positivamente de una manera ágil minimizando los riesgos que esto conlleva.
Nuestro país se encuentra en un momento de transición con grandes oportunidades de crecimiento y cambios positivos que pudieran favorecer su posicionamiento como potencia económica.
Por lo tanto, es de vital importancia, que el gobierno, la iniciativa privada y el sistema educativo, reflexionen si la fuerza de trabajo posee las competencias laborales tales como uso y desarrollo de tecnología, autogestión, dominio de la realidad virtual, la inteligencia artificial, analítica de datos, automatización y la ubicuidad que le permita al talento humano empoderarse y ser más eficientes en entornos cada vez más exigentes.
Además, es relevante que el sector empresarial reflexione hasta qué punto las organizaciones poseen la agilidad para enfrentar crisis y adaptarse a cambios con total proactividad, flexibilidad, adaptabilidad, resiliencia y nivel de competencia que caracteriza a la empresa que busca estar preparada para enfrentarse a los desafíos de la tormenta perfecta que traerá el futuro del trabajo.
Finalmente, es trascendental que ante estos tiempos de oportunidades y cambios se mantenga la búsqueda constante de estrategias que favorezcan la transformación digital que necesitan las organizaciones para atraer inversión extranjera directa y posicionarse ante un mundo disruptivo, cambiante y con miras al nuevo modelo de negocios de la quinta revolución industrial o industria 5.0, donde el binomio de trabajo “robot-ser humano”, la capacidad de innovación centrada en el cliente y la asunción de riesgos darán como resultado un proceso de producción excepcionalmente eficiente y de gran valor añadido donde las posibilidades para las empresas son infinitas.
La autora es Miembro de la Comisión Editorial del ICPNL.
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