Monterrey

María Fonseca: Administrar o Gobernar

Así como una idea no es negocio ni tiene dueño hasta que no se implementa, un emprendimiento no se hace empresa hasta que no se valida en el mercado.

Cuando queremos entender el desarrollo empresarial de una región, tomar en cuenta el contexto y su historia particular es fundamental. Así como una idea no es negocio ni tiene dueño hasta que no se implementa, un emprendimiento no se hace empresa hasta que no se valida en el mercado y se puede establecer su expectativa de vida.

Esta empresa puede nacer de manera informal o formal; la primera prueba de ácido para imaginar el futuro de la empresa naciente es justo respondiendo a las preguntas relacionadas con esta expectativa de vida: ¿hay mercado para mi propuesta de valor?, ¿están dispuestos a pagar lo que espero?, ¿hay potencial de crecimiento en esta actividad? El viaje que está por iniciar requiere de aspiración, sacrificios, entrega, preparación, renuncias y una gran disposición hacia el aprendizaje.

Es importante entonces reconocer que la creación de empresas tiene orígenes diversos, pero requiere de procesos de planificación, organización, dirección y control de sus actividades y recursos para alcanzar los objetivos que contribuyan a su permanencia en el tiempo y, en todo caso, a su relevancia en los mercados en el largo plazo.

La administración es la ciencia social que aborda estos temas y que, en muchas ocasiones, se pasan por alto o simplemente creen que con aplicar el “sentido común” los desafíos serán vencidos. Advertir de los riesgos al tomar esta postura resulta obvio, pero la realidad es que es justo el sentido común el menos común de los sentidos.

Por tanto, la ciencia ofrece mayor certeza en el camino a la rentabilidad y prosperidad de las empresas. ¿Por qué no entonces tomar sus preceptos y aplicarlos en el desarrollo de nuestra empresa?

Administrar o gestionar un negocio requiere trabajar hacia el logro de objetivos claros y compartidos, de desarrollar las capacidades y habilidades para lograrlos, de crear sistemas, procedimientos e indicadores que adviertan de la pertinencia del desempeño (comercial, financiero, operativo), pero, sobre todo, de profesionalizar cada actividad que genera valor en la razón de ser del negocio.

La ciencia de administrar también es arte. Y al ser arte, implica imaginar, inspirar, crear, soñar; con lo que el largo plazo se manifiesta para dar amplitud a eso que imaginamos.

Por lo tanto, ya no es una sola unidad de negocio la que se requiere administrar sino que se vuelve necesario el ejercicio de distribución de responsabilidades en el proceso de tomar decisiones.

Y cuando las decisiones deben ser tomadas en múltiples contextos, el acto de administrar puede quedar chico; pasar de rendir cuentas, a planificar decisiones de mayor alcance, abre la puerta a la práctica de gobernar; es decir, ejercer el poder y el control para alcanzar objetivos de más largo plazo que requieren un seguimiento distinto al que cotidianamente se lleva a cabo para asegurar la correcta operación de la empresa.

Institucionalizar a las organizaciones genera transparencia y confianza entre los distintos grupos de interés; se requiere el poder para decidir el rumbo a tomar, y la institucionalización da lugar a la autoridad.

Ejercer la gobernanza en el contexto empresarial significa crear estructuras, normas y procesos que articulen la toma de decisiones y que tome en cuenta a los diferentes grupos de interés, no sólo a los accionistas, sino a los colaboradores, clientes, proveedores y miembros de la comunidad en la que operan (principios ESG).

Así entonces, para la empresa con visión de largo plazo, sea familiar o no, deberá masterizar la ciencia y arte de la gestión o administración, sin olvidar que en la medida que las decisiones son más complejas, gobernar con principios éticos y sostenibles, requerirá de institucionalizar con la plena consciencia de que nadie es eterno y que más vale preparar el andamiaje para la posible trascendencia de lo que se construye y permanece.

La autora es directora del Instituto de Familias Empresarias (IFEM) para México y LATAM del Tecnológico de Monterrey.

Contacto: maria.fonseca@tec.mx

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