Esta semana el presidente electo de los Estados Unidos, Donald J. Trump, anunció que implementará aranceles de 10 por ciento para China, y de 25 por ciento para México y Canadá. Lo anterior resultó en una fuerte desvalorización del peso mexicano y del dólar canadiense.
Los efectos de dichos aranceles serían adversos para las tres naciones. Primero, por un incremento en los precios al consumidor, segundo por un menor dinamismo de la economía, y tercero por una menor variedad y calidad de bienes.
Un efecto adicional que se ha observado a lo largo de la historia en la implementación de medidas proteccionistas es el resurgimiento del capitalismo de cuates.
La intención de aplicar aranceles a productos extranjeros busca proteger industrias locales con el propósito de salvaguardar empleos domésticos. Es decir, si se implementan aranceles para cierta industria el efecto en el mediano plazo será una transferencia del consumo de los bienes importados hacia la de bienes nacionales. Sin embargo, recordemos que no todos los países son eficientes en la producción de bienes.
Así, habría una menor competencia en dichos mercados resultando en bienes de menor calidad y mayores precios. Aun aunque los precios de los bienes nacionales serán menores que el de los importados, tenderán a subir en el mediano plazo a falta de mayor competencia.
Además, los dueños de las industrias beneficiadas y protegidas por las medidas proteccionistas se acercarán más al gobierno en turno.
En países con experiencias de políticas proteccionistas se ha observado cómo muchas empresas se acercan al gobierno federal para tomar decisiones en conjunto que les beneficien. Es decir, se comienza a fomentar lo que llamamos capitalismo de cuates. Recordemos que en países con medidas proteccionistas elevadas se generan estructuras de mercado oligopólicas.
El ranking de capitalismo de cuates de 2023 de The Economist posiciona a Rusia como el país con el mayor nivel de capitalismo clienteral donde los oligarcas controlan más del 80 por ciento de la industria de ese país. En contraste, EUA se ubica en el sitio 26, de un total de 43 países analizados, donde solamente alrededor del 10 por ciento de la industria está controladas por empresas clienterales. Es importante entender que el fomento de mayor competencia en la economía no solamente disminuye precios de bienes y servicios finales, sino que promueve que cualquiera pueda participar en estos mercados.
Así, una política proteccionista no solamente mermará el dinamismo de la economía y elevará los precios al consumidor, sino que promoverá el capitalismo de cuates. Ya lo hemos comenzado a ver con los billonarios que acompañaron la campaña de Trump.
El autor es director general de Soluciones Financieras GAMMA y profesor de Economía y Finanzas de EGADE Business School. Tiene un doctorado en Finanzas y maestría en Economía Financiera, ambas por la Universidad de Essex en el Reino Unido.