Hace algunas semanas hacíamos las reflexiones centradas en ¿cómo nos fue en el año que está finalizando?;¿qué metas se pudieron alcanzar?;¿cuáles fueron los aprendizajes que se tuvieron? Estas preguntas aplican tanto en el aspecto personal como en el empresarial, incluso utilizamos palabras que ahora se han vuelto comunes en nuestro diario vivir como resiliencia, adaptación, reinvención, bienestar y agilidad.
Es aquí donde surge un proceso de transición y evolución en las diversas actividades y funciones que se realizan, con la finalidad de reinventar, de manera innovadora y creativa, las formas en que se llevan a cabo actualmente ciertos procesos y comportamientos, con la finalidad de seguir hacia adelante de la mejor manera posible.
En esta época del año es común que las organizaciones, incluso las personas, realicen ejercicios, reuniones y reflexiones sobre el futuro inmediato, con la finalidad de alinear los esfuerzos cotidianos y enfocarse hacia el logro de esas metas que se quieren alcanzar, algunas veces tratando de responder las siguientes preguntas: ¿Cuál es el rumbo que vamos a tomar?, ¿Hacia dónde vamos?, ¿Cuál será nuestro destino?, en fin, cada empresa o cada persona podrá tener su propias preguntas detonadoras para comenzar las reflexiones que permitan realizar sus planes.
Buscando información en las distintas fuentes que utilizo regularmente en mis proyectos de investigación, acerca de las tendencias de los temas de actualidad y/o de situaciones disruptivas para comprender lo que podría pasar en el entorno que vivimos, me encontré con algunos temas de interés que se comparto a continuación:
El futuro del trabajo y del talento es un tema para considerar al interior de las organizaciones, si es que se pretende alcanzar métricas de competitividad. Algunas consideraciones son las siguientes: 1) El nivel de transformación tecnológica de la organización, es decir, qué actividades pueden utilizar algún tipo de tecnología para hacer más eficiente la manera en que se realiza a través de tecnologías digitales; 2) La manera en que se va categorizando el talento de las personas, pudiendo identificar quién lo va a realizar, dónde lo va a llevar a cabo y cómo lo va a lograr; 3) La distancia física, en este punto se pueden incluir las estrategias de flexibilidad que se relacionan con el espacio de trabajo, y encontramos cada vez mayores propuestas de trabajo híbrido que muchos mencionan que fue algo que llegó para quedarse, ahora sólo se están ajustando los tiempos y las condiciones para fortalecer esta modalidad de trabajo y 4) La alineación del propósito que tienen las personas al momento de realizar su trabajo y que se vea reflejado en su desarrollo personal y en el éxito de su carrera laboral.
Sin embargo, encontramos esas tendencias de recursos humanos que se han estado repitiendo en los últimos años, aunque en un orden y prioridad diferente como, por ejemplo: 1) el uso de la tecnología y la inteligencia artificial en los distintos procesos, 2) liderar y administrar el crecimiento y desarrollo de las personas en la organización, 3) fortalecer la cultura organizacional, 4) tener estrategias para la administración del cambio e 5) identificar las posiciones y fuerza laboral que son claves.
Para algunos conocedores del tema, hay aspectos que no podemos dejar fuera de los planes de trabajo para el 2025, como la propuesta de valor para el empleado, la salud y el bienestar, el impacto del talento en la marca empleadora, la ciberseguridad, la experiencia del empleado, el desarrollo de habilidades en las personas, la movilidad interna, los temas de diversidad e inclusión, sin dejar fuera el tema de la analítica de talento.
Otro punto para considerar son las diversas estrategias basadas en los temas de la sustentabilidad y que favorezcan un cambio en la cultura, de modo que se propicie el desarrollo de actitudes y comportamientos en las personas, con la finalidad de trascender más allá de los resultados del negocio.
Para finalizar la columna, les comparto algunas preguntas adicionales, ¿Qué va a pasar en los próximos años con respecto al talento que se requiere en las nuevas industrias que estarán en nuestro alrededor?, ¿Cuáles serán las expectativas que necesitan satisfacer los buscadores de empleo?,¿Cómo será la nueva cultura empresarial en los entornos de trabajo con ambientes complejos y de cambio constante?, ¿Qué pasará con el nivel de compromiso, entrega o disposición de las nuevas generaciones?, en fin, trataremos de encontrar alguna reflexión a estas preguntas en los proyectos que estaremos realizando en el año en curso y contestar la pregunta con que titulé esta columna...Mis mejores deseos para todos en el año 2025.
El autor es Profesor de la Escuela de Negocios del Tecnológico de Monterrey y Líder del Grupo de Área Temática en Diseño y Cultura Organizacional.
Contacto: smadero@tec.mx