Recientemente, tuve una estudiante que es concertino, y me llamó mucho la atención su puesto en la orquesta por lo que quiero compartir algunas reflexiones para la práctica directiva. Primeramente, una breve descripción de las funciones de un concertino.
En la orquesta, se conoce también como primer violín y se ubica en el primer asiento justo a la izquierda del director de la orquesta. Entra al escenario cuando todos los músicos están ya en su lugar y antes de que el director de la orquesta se presente.
Es el violista de mayor rango y tiene funciones clave para el funcionamiento de la orquesta, entre las que destaca el hecho de coordinar la afinación de los instrumentos de cuerda antes del inicio de la obra o ser, al mismo tiempo, un apoyo para el director.
Es una posición altamente respetada entre los músicos de la orquesta y para ser elegido primer violín, además de su excelente habilidad de ejecución musical, debe tener fuertes cualidades de liderazgo, comunicación y toma de decisiones.
Entonces, ¿cuál es la relación entre el concertino y el director general de una organización? Son varios los mensajes de aprendizaje que podemos trasladar para la práctica directiva.
El trabajo del director general tiene varias características: 1) es retador, ya que requiere tomar decisiones audaces y oportunas; 2) es incierto, ya que implica tener una orientación al futuro a la vez que cuida la operación cotidiana; 3) requiere de mucha responsabilidad ante grupos de interés: clientes, proveedores, colaboradores, comunidad, accionistas; entre otras funciones que requieren su total dedicación.
¿Cómo puede participar un concertino organizacional? ¿Será la figura que organizacionalmente puede llamarse director asistente, jefe de staff, ayudante técnico o de alguna otra manera? Si bien el nombre de la posición es relevante, lo más importante es su función de asesorar y acompañar al director general mediante el análisis, síntesis de información y recomendaciones que le faciliten la toma de decisiones.
El concertino organizacional no está directamente en la operación de las unidades de negocio por lo que puede ser una voz imparcial, será un asesor que ayude al director general a ver por el bien mayor de la organización.
El corcentino organizacional es una posición que allanará el camino al director general en su reto de dirigir la organización.
En este sentido, podrá ser el contacto con diversos agentes, por ejemplo, consultores, de manera que cuando le lleguen reportes de la consultoría ya hayan sido analizados y sintetizados por su concertino y las recomendaciones vayan con sus comentarios.
El concertino organizacional será una persona de total confianza del director general con quien podrá intercambiar ideas y reflexiones sobre proyectos e iniciativas que las diferentes unidades de negocio lleven a cabo, con la finalidad de detonar un proceso de toma de decisiones más adecuado.
Es una posición altamente respetada por otros directivos por su mesura, cordura e imparcialidad en la ayuda para la toma de decisiones de quienes están en la operación estratégica de las unidades de negocio.
En la película “El Rey León” de Walt Disney, encontramos en Rafiki un muy buen ejemplo del concertino organizacional pues es sabio, respetado y da consejo a Simba para que tome el papel que le corresponde en la manada. Rafiki no está en la operación cotidiana de la conducción de la manada; sin embargo, es un guía para Simba.
Tal como en la orquesta, el concertino tiene sólidas habilidades de ejecución, de liderazgo y toma de decisiones, el concertino organizacional deberá tener un sólido conocimiento del contexto de negocios y de las operaciones clave de la organización, esto es, debe tener un pensamiento estratégico; habilidades técnicas; así como habilidades de comunicación y liderazgo, entre otras, una gran habilidad para negociar con diversos agentes para que cuando el director general participe, su función sea principalmente para cerrar acuerdos y avanzar estratégicamente para cumplir objetivos organizacionales.
El concertino organizacional debe ganarse la confianza del director general por su sólido conocimiento, cabal responsabilidad y ética incuestionable, pues tendrá acceso a información altamente confidencial de la organización.
El concertino organizacional será para el director general un consejero tanto para asuntos relativamente cotidianos como para aquéllos más estratégicos que requieran una persona que otorgue una recomendación sólida para la toma de decisiones.
El trabajo directivo conlleva amplias responsabilidades, es inagotable, aunque también nos debe gustar y lo debemos disfrutar pues es el camino que hemos elegido para crear valor a nuestra comunidad.
En este sentido, la figura del concertino organizacional puede enriquecer el trabajo del director general para que su toma de decisiones sea más adecuada.
Y usted, ¿ya ha considerado quién puede ser su concertino organizacional?
El autor es profesor de estrategia y liderazgo en EGADE Business School.
Contacto: dmaranto@tec.mx