Comienza el 2025 con una economía nacional en plena desaceleración evidenciado por un menor consumo privado, una disminución en la inversión, tanto pública como privada, y una fuerte contracción en la generación de empleos formales.
Durante el segundo semestre del año los principales organismos internacionales redujeron las expectativas de crecimiento del país.
Las condiciones políticas domésticas no son las adecuadas para seguir potenciando el nearshoring por la falta de inversión en electricidad, agua y capital humano calificado. Adicionalmente, la victoria de Trump en los Estados Unidos complica el panorama con la amenaza de imponer aranceles a las exportaciones nacionales.
Ante ese panorama se espera que la economía real y el sector financiero se contraigan este año. Durante el 2024 la economía mexicana decepcionó y este año no será distinto.
Según las últimas encuestas de crecimiento México será de las economías con menor crecimiento en América Latina, contrastando con EUA y sobre todo con Argentina que tendrá la mayor tasa de crecimiento de la región. No solo eso, sino que el 2026 se espera será un año muy similar, es decir, de bajo crecimiento económico.
Así, es probable que de materializarse las amenazas arancelarias de EUA la economía mexicana entre en recesión.
Una recesión se define como dos trimestres consecutivos de contracción económica normalmente asociado con una fuerte caída en el empleo formal y el deterioro adicional del sector financiero.
Sin embargo, no todo es negativo durante una recesión. Existen oportunidades de inversión importantes.
Ante una esperada caída en el valor de los activos reales y financieros de la economía se pueden aprovechar oportunidades de compra a precios baratos.
Las bolsas de valores globales tienden a crecer en el largo plazo, pero tienen correcciones frecuentes.
En épocas de una recesión económica se presentan oportunidades para comprar activos financieros en descuento. Además, un sector que también se espera se contraiga negativamente a raíz de la recesión es el sector inmobiliario.
Durante una recesión se pierden empleos y se dejan de pagar hipotecas lo que deprime el precio de las viviendas. Se presentan entonces oportunidades de compra de departamentos o casas a precios accesibles.
Asimismo, se presentan oportunidades para comprar empresas que estén en problemas financieros y otros activos que guardan valor como joyas y monedas de colección.
En general, las recesiones afectan negativamente a las economías deprimiendo los valores de los activos reales y financieros.
Si bien, esto es adverso, se presentan oportunidades para comprar a descuento. Por ello es importante siempre tener la liquidez suficiente para tomar estas oportunidades.
El autor es director general de Soluciones Financieras GAMMA y profesor de Economía y Finanzas de EGADE Business School. Tiene un doctorado en Finanzas y maestría en Economía Financiera, ambas por la Universidad de Essex en el Reino Unido.