Qatar 2022

Ni la camiseta de Brasil se salva del ‘odio’ entre partidarios de Lula y Bolsonaro

La clásica playera amarilla es considerada como un símbolo de quienes apoyan al presidente saliente de Brasil.

(Dado Galdieri/Bloomberg)

Si una elección presidencial profundamente polarizada no fue suficiente para dividir a los brasileños, Qatar 2022 plantea una nueva prueba: usar o no la camiseta de la Canarinha.

La camiseta amarilla y verde de la selección brasileña se ha convertido en el accesorio elegido por los seguidores del presidente saliente, Jair Bolsonaro. La playera está tan estrechamente asociada con el líder de la ultraderecha, que muchos fanáticos la están abandonando mientras animan a Brasil en el torneo

Y Brasil respondió a las expectativas, desplegando un juego atractivo y con un golazo de Richarlison en su victoria de 2-0 contra Serbia.

“El futuro es azul”, dijo William Enrique, quien vende camisetas en el centro de Río de Janeiro, sobre la camiseta secundaria de Brasil. Señalando una pila de camisetas amarillas sin vender, agregó: “Los compradores me dirán: ‘¡Ese es Bolsonaro! Dame la otra”.

Usada por grandes del futbol como Pelé y Ronaldo cuando ayudaron a Brasil a traer a casa sus cinco Copas del Mundo, el icónico uniforme amarillo es un símbolo del dominio del país en el deporte. Pero también la usan los fieles de Bolsonaro en los mítines y cuando salen a las calles para protestar por la reciente victoria de Luiz Inácio Lula da Silva en las urnas.

Contra las ‘manchas políticas’ en la playera de Brasil

Celso Unzelte, periodista deportivo y comentarista, explicó que la adopción de los colores nacionales es un retroceso al gobierno militar de Brasil, que dejó el poder en 1985, pero bajo Bolsonaro, un excapitán del Ejército que ha celebrado abiertamente ese régimen, la adopción del amarillo ha sido mucho más polarizadora.

“En la Copa del 1982 hubo una dictadura y todavía llevábamos la camiseta”, dijo Unzelte. “No sufría como ahora”.

La federación nacional de futbol está tratando de lavar cualquier ‘mancha política’ a la famosa camiseta. Lanzó una campaña antes del torneo con el objetivo de despolitizar a la amarelinha, como se conoce el kit en Brasil.

“Todos podemos sentirnos bien con la camiseta de la selección nacional”, dijo el presidente de la CBF, Ednaldo Rodrigues, a principios de este mes al presentar la campaña. Una encuesta publicada la semana pasada por el sitio de noticias Metropoles encontró que eso no es del todo cierto, ya que poco más de una cuarta parte de los brasileños dicen que no usarán la amarelinha.

Neymar tampoco ayuda mucho que digamos

Walter Casagrande Jr., exdelantero de Brasil, expresó sin rodeos el sentimiento de muchos de los críticos del presidente en la izquierda en un artículo de opinión.

“La extrema derecha de Jair Bolsonaro ha destruido todo a su paso, incluido el afecto que tenía por la playera amarilla”, dijo.

Los jugadores están tan divididos como los fanáticos. “Yo lo que veo es que en los últimos cuatro, cinco años el actual presidente revivió el orgullo de ser brasileño”, dijo en una entrevista Gilmar Rinaldi, exarquero que formó parte de la escuadra ganadora de Estados Unidos 94.

Los esfuerzos de despolitización del uniforme también se complican por el hecho de que la superestrella Neymar es un partidario abierto de Bolsonaro y prometió dedicar su primer gol al presidente saliente.

“Es triste llegar a esto”, dijo Pedro Lindackee, de 21 años, estudiante de administración de empresas luciendo una amarelinha en el metro de Río de Janeiro. “Voté por Lula, pero no creo que los políticos deban mezclarse con el deporte”.

Por otra parte, Lula ya se comprometió a vestir de amarillo durante el torneo, y muchos brasileños en Qatar están siguiendo su ejemplo.

“El país está dividido y Bolsonaro usó la camiseta con fines políticos”, dijo Wallace Leite, de camiseta amarilla, quien tocó un tambor entreteniendo a los locales con otra media docena de fanáticos con amarelinha en la víspera de la Copa del Mundo. “Ahora hay una oportunidad de recuperarla.

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