Aunque en México existe la idea de que las drogas sintéticas se utilizan entre estudiantes o jóvenes de los sectores marginados, un estudio de la Secretaría de Salud revela que es entre el sector de jóvenes y adultos en edad laboral donde se ha detectado un incremento en el uso de la metanfetamina o cristal, la cual es la cuarta droga de inicio entre consumidores.
Asimismo, en 2021 el Informe del Sistema de Vigilancia Epidemiológica de las Adicciones, detalló que el alcohol, la marihuana, el tabaco y el cristal persisten como las principales drogas de inicio entre personas que laboran y perciben honorarios.
La propia Secretaría de Salud ha señalado que en México la pandemia, además de los impactos obvios entre los habitantes, ha provocado algunas derivaciones asociadas a la depresión y ansiedad, provenientes del encierro y la crisis económica, por lo que sus expertos han alertado sobre el incremento en el uso de drogas entre los sectores sociales antes mencionados.
Para Mónica García-Navarrete, un monitoreo constante entre los empleados no sólo puede evitar el uso de drogas, sino también reducir el riesgo de accidentes laborales, especialmente aquellos que requieren un mayor nivel de atención y destreza.
La especialista, directora de Safety Check, explicó además que, según cifras de los Centros de Integración Juvenil, en México, un 40 por ciento de la Población Económicamente Activa (PEA) registra ausentismo laboral por drogadicción y alcoholismo, lo que significa un alto costo social y económico.
De acuerdo con las mismas fuentes, en México el 70 por ciento de la población consume alcohol, de los cuales 26 millones lo hacen en estado de riesgo, y de ellos casi cinco millones se encuentran en situación de dependencia.
Ante estas cifras oficiales, Mónica García-Navarrete a señaló que el uso correcto y periódico de pruebas de antidoping reduce los riesgos y pérdidas económicas asociadas al uso de drogas entre empleados.
Asimismo, indicó que en la actualidad ha crecido el uso de investigaciones laborales mediante polígrafo, examen médico y estudios socioeconómicos, lo que disminuyen significativamente el riesgo de una mala contratación o la permanencia de un colaborador nocivo para la organización.