Ante la relevancia de la industria azucarera en México se vuelve fundamental incentivar las acciones de investigación para optimizar costos y, sin duda, fortalecer su producción para ser cada vez más competitivo, refiere Aristóteles Vaca Pérez.
Y es que, de acuerdo con el Comité Nacional para el Desarrollo Sustentable de la Caña de Azúcar (Conadesuca), México ocupa el sexto lugar a nivel mundial en producción. Tan solo en el inicio del segundo semestre de 2022, la industria cañera en el país reportó una producción de 804 mil 243 hectáreas, en las que se obtuvieron 55 millones 040 de toneladas de sacarosa, según la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader).
“En el proceso de atender las demandas del sector de la caña de azúcar, es necesario desarrollar un modelo que empuje la investigación, que apueste por el uso de nuevas tecnologías y la integración a la cadena de valor”, explica el especialista en agroindustria Aristóteles Vaca Pérez.
Como parte del compromiso en pro de la industria, la Sader y el Conadesuca instalaron el Centro de Investigación Científica y Tecnológica de la Caña de Azúcar (CICTCAÑA) que, en palabras de Vaca Pérez, servirá para fortalecer la producción de manera considerable. Además, complementará de manera óptima las iniciativas ya puestas en marcha por el Programa Nacional de la Agroindustria de la Caña de Azúcar.
“Una de las mayores ventajas que ofrece el CICTCAÑA es el evitar la creación de estructuras burocráticas adicionales. De esa manera, se busca aprovechar el capital humano y la infraestructura con la que cuentan los Campos Experimentales Regionales”, reflexionó Aristóteles Vaca Pérez.
Asimismo, el especialista agroindustrial pronosticó que para este 2023, las aportaciones del convenio entre industriales y cañeros, a la par del sector gubernamental, tendrán un cambio positivo que impactará en la productividad de una forma sostenible, pues este centro dará la posibilidad de aumentar las herramientas tecnológicas y digitales y mejorar la cosecha.