En un informe publicado por KPMG, se destaca la creciente amenaza que representan el fraude, el incumplimiento y los ciberataques para las empresas en las Américas. El estudio, titulado “KPMG 2022 Fraud Outlook”, revela la necesidad de una defensa unida y medidas más sólidas para enfrentar estos desafíos cada vez más comunes y graves.
Según los resultados de la encuesta realizada a 642 ejecutivos de alto nivel en Norteamérica y América Latina, se encontró que la mayoría de las empresas informaron pérdidas debido a fraudes, infracciones de cumplimiento o ciberataques. Además, la pandemia ha exacerbado estas amenazas, y las empresas de mayor tamaño son las más propensas a sufrir fraudes.
El informe también resalta las diferencias regionales en cuanto al fraude. Mientras que en Norteamérica el fraude externo es un problema más significativo, en América Latina el fraude interno tiene una presencia más marcada. Asimismo, se identificaron diversas clases de individuos involucrados en casos de fraude, desde asociaciones criminales organizadas hasta miembros de la alta dirección.
La pandemia ha tenido un impacto significativo en la capacidad de las empresas para enfrentar estas amenazas. El trabajo a distancia ha afectado negativamente los programas de prevención de fraude, cumplimiento y ciberseguridad, lo que ha llevado a un aumento en los riesgos. La capacidad reducida para monitorear y controlar el comportamiento fraudulento ha contribuido a este escenario.
El informe de KPMG destaca la importancia de fortalecer los controles y programas de cumplimiento. Aunque muchas empresas reportaron estar satisfechas con sus medidas de respuesta y detección, la excelencia integral en estos aspectos es aún poco común. La adopción de mejores prácticas internacionales en el cumplimiento de lucha contra la corrupción es otro aspecto que requiere mayor atención.
Para abordar la triple amenaza de fraude, incumplimiento y ciberataques, KPMG propone cinco pasos clave: establecer el tono correcto por parte del liderazgo, llevar a cabo una revisión de riesgo, comunicarse de manera efectiva, reforzar la detección y crear una cultura de aplicación y rendición de cuentas.
Ante la necesidad de una acción concertada y una mayor atención a la prevención y respuesta frente al fraude, el incumplimiento y los ciberataques en las Américas, las empresas deben tomar medidas proactivas para fortalecer sus programas de cumplimiento y seguridad cibernética, así como para adoptar mejores prácticas internacionales en la lucha contra la corrupción. Solo a través de una defensa unida podrán enfrentar de manera efectiva esta triple amenaza y proteger sus activos y reputación.