Durante más de siete años, Casa Pedro Domecq, parte del Grupo González Byass, ha trabajado para combinar la sostenibilidad con la revitalización de sus marcas, y sus esfuerzos han rendido frutos. Hoy, México es el mercado más importante para la empresa a nivel mundial, superando en ventas y producción a cualquier otra región donde el grupo opera.
En una entrevista exclusiva con El Financiero, Mauricio González-Gordón, presidente del Grupo González Byass y de Casa Pedro Domecq, y César Sánchez, CEO de González Byass, subrayaron que la sostenibilidad ha sido un valor central para la compañía, en parte por sus vínculos familiares con la naturaleza y la conservación. “Cuando empezamos a recibir información del panel intergubernamental sobre el cambio climático, ya éramos conscientes de que había que trabajar en ese ámbito”, dijo González-Gordón. Este compromiso se ha traducido en planes concretos para reducir la huella de carbono, mejorar el uso de agua y energía, y realizar evaluaciones anuales para medir el progreso.
Casa Pedro Domecq ha implementado soluciones innovadoras en sus operaciones, como la utilización de energía fotovoltaica, que cubre el 60% de sus necesidades energéticas. Además, han optimizado el uso del agua en los viñedos y reducido el impacto ambiental en la distribución mediante sistemas de economía circular, como la reutilización de pallets y la fabricación de botellas y etiquetas más ligeras.
“Nos tomamos muy en serio estos objetivos porque no solo son responsables desde un punto de vista ambiental, sino que también conectan con los consumidores, que están cada vez más preocupados por estos temas”, añadió González-Gordón. Según él, esta conciencia influye directamente en las decisiones de compra.
Innovación sin perder la tradición
César Sánchez señaló que uno de los mayores retos ha sido mantener el equilibrio entre tradición y modernidad en las marcas. “Las marcas, particularmente en vinos y espirituosos, no pueden abandonar su origen. Están arraigadas en la historia, y eso es una bendición, pero a la vez no puedes dejar de innovar”, afirmó.
La estrategia de la compañía ha sido innovar con productos como Presidente® Sandía con chile o el Pica Piña, inspirados en sabores tradicionales mexicanos con un toque moderno. Sánchez destacó que estos lanzamientos habrían sido considerados arriesgados hace algunos años, pero la empresa ha sabido adaptarse a los nuevos gustos del consumidor joven sin alejar a su público tradicional. También han revitalizado marcas como Azteca de Oro, reposicionándola con éxito en el mercado mexicano con un nuevo empaque y campaña.
El crecimiento en México no ha pasado desapercibido. Casa Pedro Domecq se ha consolidado como una de las principales compañías en vinos y espirituosos, y el futuro parece prometedor. “México es un país joven, con una economía en crecimiento, y aunque hemos pasado por momentos complicados, vemos muchas oportunidades de desarrollo”, dijo González-Gordón.
La compañía planea seguir invirtiendo en innovación y ejecución para mantener su competitividad. Según Sánchez, el objetivo es explorar nuevas categorías en las que aún no tienen presencia. “Todavía tenemos mucho recorrido en marcas como Presidente, Azteca de Oro y Don Pedro pero también veremos novedades en otras áreas en los próximos cinco años”, adelantó.
Con un enfoque en la sostenibilidad y la innovación, Casa Pedro Domecq está bien posicionada para continuar su expansión en México y globalmente.
Esta combinación de tradición, innovación y responsabilidad ambiental ha sido clave para que Casa Pedro Domecq se convierta en líder del sector en México, y con planes de expansión, su trayectoria parece estar en ascenso.